domingo, 7 de febrero de 2016

LA PRÁCTICA DOCENTE REPRODUCTORA DEL SISTEMA IMPERANTE DE DOMINACIÓN. POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA



LA PRÁCTICA DOCENTE REPRODUCTORA DEL SISTEMA IMPERANTE DE DOMINACIÓN.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
Quién afirme que el sistema educativo ha fracasado en El Salvador, está equivocado; sí partimos de la tesis de que mantener a la sociedad en la ignorancia es parte de la estrategia del sistema capitalista, entonces este sistema educativo es un éxito. Por lo menos en lo ideológico.
El sistema capitalista ha logrado no solo despojar de los bienes materiales a la población sino que además,  ha logrado hundir en la miseria intelectual,  cultural, ética y moral al pueblo salvadoreño.
Nunca antes en la historia existió una distancia tan grande como la que hoy media entre  la educación escolástica y la práctica social, tal como ésta obedece a los dictados de las tecnologías creadas para servir a los intereses económicos e ideológicos dominantes. Lo mismo que las notas de una flauta mágica, esas tecnologías esclavizan a casi todos los hombres  y las mujeres, opacando a la realidad y enajenando a la gente, destrozando la posibilidad de dialogo amoroso. . .  la educación actual, con sus principios neoliberales, básicamente tecnocráticos, en realidad solo está contribuyendo a las perversiones de la globalización a la vez que es arrastrada por ellas. La educación, debemos admitirlo, ha llegado a convertirse en algo menos importante que la acumulación y el enriquecimiento insaciable de unos pocos a expensas del ilimitado sufrimiento de la mayor parte de la población mundial.[1]
Hay que destacar que la educación no es lo más importante para el sistema capitalista y sí acaso lo es en algún momento  es solamente en la medida que le deja alguna rentabilidad económica; pues su lógica es la acumulación de capital. Ahora bien, la educación es importante en tanto instrumento de ideologización de clase ya que a través de su ideología y por medio de los medios mediáticos de comunicación van inculcando en la población los antivalores que el sistema necesita para reproducirse y consolidarse como tal.
En este proceso el modelo educativo empleando todo su aparato ideológico va configurando el modo de vida capitalista en el que el hombre más exitoso es el que más consume los productos creados por sus mismas empresas.  Además, desde la infancia se va preparando a los niños y niñas para  que unos se conviertan en explotadores y otros en consumidores y explotados.
En ese sentido el sistema capitalista nos va uniformando con una sola concepción del mundo única la cual es exactamente la ideología dominante la que se reproduce en la Escuela, la Universidad y la sociedad.
Para lograr esos objetivos se necesita un  buen aliado  ese aliado es el maestro;  que en su reducida concepción del mundo no logra comprender que su trabajo no es neutral ni apolítico y que su trabajo es el más político de todos, pues de una forma u otra puede contribuir a transformar la injusticia de la sociedad o bien a conservarla.  Empero, cuando el profesor asume la concepción bancaria de la educación en la que se presenta ante el alumno como el único conocedor de la realidad sin  darle la menor importancia  a la capacidad crítica y el análisis que puedan desarrollar los educandos  este profesor está reproduciendo  sin lugar a dudas el sistema capitalista.
 Cuando el docente obliga a que los estudiantes sigan patrones de conducta ya establecidos  por el sistema en educación está reproduciendo la sociedad injusta y al mismo tiempo está coadyuvando a la deshumanización de los educandos. Parafraseando a  Paulo Freire, diríamos ¿Qué significa educar en sociedades como la nuestra en la que la injusticia, el hambre, la violencia común, organizada y la falta de  espacios democráticos se encuentran cerradas para la mayor parte de la población?  ¿Deben los profesores y profesoras  de todos los niveles del sistema educativo  asumir una actitud indiferente y a crítica ante dichos problemas? ¿Deben los profesores y profesoras de los diferentes niveles educativos incluyendo la Universidad continuar con metodologías obsoletas y  bancarias desarrollando su actividad docente a espaldas de la realidad que vive la sociedad salvadoreña? ¿Deben los profesores asumir un compromiso con la transformación de las estructuras injustas que imperan en la sociedad?
Es fácil comprender que durante siglos quienes han conducido la educación del pueblo salvadoreño han sido siempre lo grupos hegemónicos quienes han  establecidos los fines, los objetivos y el perfil del tipo de hombre que se necesita formar.
 Formar súbditos disciplinados y dóciles ha sido la gran preocupación del sistema, pero jamás, hombres libres, críticos, honestos y con altos valores culturales y morales. Es por esa razón que la burguesía a lo largo de la historia ha propugnado por reformas educativas pero enfocadas sobre todo a los aspectos técnicos, metodológicos y administrativos pero nunca se han tocado  los fines y objetivos del sistema mucho menos discutidos sobre ellos.
Las clases dominantes ven con preocupación cualquier cambio en el sistema educativo, pues están conscientes de que mientras no se toque la columna vertebral de la educación todo está bien y nada pone en peligro su Status quo. Como señala Francisco Gutiérrez en su libro la educación como praxis política” el núcleo de la educación no lo constituye la pedagogía, sino la política. Y los fines de la educación no los determina ni la ética ni la filosofía, de acuerdo con los valores de validez general, sino la clase dominante, en consecuencia con los fines de su poder”[2] . De ahí que la mejor filosofía para la burguesía es aquella que encuadre con sus intereses económicos, políticos e ideológicos.
Por otra parte, cualquier intento de modificar los fines de la educación es considerado como un atentado hacia los intereses de la clase que controla el poder económico, político e ideológico de la sociedad. En consecuencia, “la escuela al estar sometida a las barreras ideológicas necesariamente se convierte en una institución estancada y reacia al cambio.
En este sentido la ideología viene  a ser como una especie de “reflexión inconsciente, inadecuada e invertida del proceso real”[3]
Por ello la burguesía en todos sus planteamientos trata de  justificar su postura ante los posibles cambios que se pueden dar; siempre hace alusión a las prácticas del pasado pues lo nuevo para ellos sólo es bueno en la medida que está en correspondencia con sus mezquinos intereses económicos.








[1] Peter Mclaren. El Che Guevara, Paulo Freire y la Pedagogía de la revolución. P.XVIII.
[2] Francisco Gutiérrez. Educación como praxis política. P.23
[3] Ibid. P. 30

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