sábado, 13 de junio de 2015


EL FRACASO DE LA EDUCACIÓN ES EL FRACASO DE LA SOCIEDAD.
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
INTRODUCCIÓN.
En este breve artículo se sostiene la tesis de que el fracaso de la educación es el fracaso de la sociedad. Ya que la sociedad es la que recibe esos productos y por lo tanto, la sociedad no puede funcionar bien sí la educación que se le proporciona al pueblo es simplemente un burda instrucción que mutila, castra el desarrollo de las habilidades, aptitudes, destrezas y deforma la conciencia.
Es por lo tanto, una educación que sirve solamente para la reproducción de las estructuras injustas del sistema pero no para lograr su propia liberación. Es una educación para la sumisión, para el miedo y para la resignación ante los atropellos de las clases dominantes. Es una educación para la adaptación al régimen de opresión y la aceptación de las inequidades que genera el sistema capitalista.
DESARROLLO.
Año con año las  autoridades de educación dan a conocer a la población  nacional los éxitos y los fracasos del sistema educativo. Sus resultados  nos sorprenden.  Pero  sorprende más aun la gran alharaca que los medios de comunicación, las organizaciones sociales gubernamentales  y privadas hacen del fenómeno.
Sin lugar a dudas hay suficiente razón para que haya preocupación en todos los ámbitos de la vida nacional.  Empero, concentrar la mayor atención a observar las frías cifras  numéricas que publican los medios y sacar de ello la brillante conclusión de que la educación en nuestro país es un fracaso es no hacer un análisis serio, objetivo y científico de las causas del verdadero fracaso de la educación del país.
Creer que a partir de los datos que brinda el Ministerio de Educación cada año  a la población se puede explicar el fracaso del sistema educativo es una falacia que solamente busca mediatizar una realidad que  palpamos todos los días cada uno de los salvadoreños y salvadoreñas. 
Ahora bien, sí los resultados se  miden  desde la concepción cuantitativa es decir, a partir de números la situación es alarmante pero aún no tanto, ya que las pruebas objetivas ( de memoria)  como se les suele llamar no reflejan a cabalidad el deterioro actual del sistema educativo en su real dimensión.
No obstante, cuando observamos detenidamente la realidad, vemos tanta miseria, hambre, pobreza, delincuencia, prostitución, corrupción, funcionarios sin escrúpulos, profesionales indiferentes, corruptos e  insensibles, egoístas e individualistas pensando solamente en ellos.
Entonces sí podemos decir que nuestro sistema educativo y las reformas llevadas a cabo hasta el día de hoy  han sido un rotundo  fracaso. ¿Por qué se hace tal afirmación? Porque sí los que organizan el sistema educativo lo hubiesen estructurado para educar verdaderamente a la población y no simplemente para formarle técnicos a la burguesía como decía “Francisco Morazán otro gallo nos cantara” se hubiera construido una sociedad más justa, equitativa, humana y solidaria. 
Sí la “educación” que hemos recibido hubiese sido  verdadera y no pura instrucción a estas alturas se tuvieran profesionales, diputados, fiscales, magistrados, doctores, ingenieros, educadores entre otros; honrados, éticos,  comprometidos y con conciencia de las necesidades de las grandes mayorías. Tendríamos excelentes Estadistas y no charlatanes como los que han Gobernado al país.
 No obstante, esa educación individualista, pragmática y utilitarista es la que históricamente le han vendido al  pueblo es  resultado de políticas educativas estructuradas por Gobiernos pasados y presentes  de derecha que lo único que han buscado es utilizar la educación para mejorar el desarrollo de la producción de la empresa privada y obtener de ese modo mano de obra barata y reproducir al mismo tiempo su dominación política e ideológica con el propósito de seguir conservando el Status quo del que siempre han gozado acosta del dolor, la miseria, el hambre y pobreza de las grandes mayorías del país.
Un sistema educativo que lo único ha hecho es formar mano de obra a la empresa privada sin importar la formación humana del hombre es un sistema pérfido y alienante que es más deformante que formador.
El sistema educativo pasado, presente y del futuro seguirá arrastrando los mismos vicios mientras no se haga una profunda transformación de la educación y se adopten otros valores que no sean el individualismo, el pragmatismo, el utilitarismo y el mercantilismo de la educación.
La educación que necesita el país no debe estar supeditada a los intereses económicos de las clases poderosas que dominan económica, política e ideológicamente a la  sociedad, debe ser una educación que responda a los  valores, aspiraciones y sueños de toda la sociedad. Tiene que ser una educación que contribuya a la transformación de las estructuras injustas que subyacen en la sociedad nuestra.
Por otro lado, una empresa privada egoísta, mezquina que jamás es solidaria con los pobres y que sólo se solidariza en el discurso para ver que ventajas saca de su publicidad. Que el menor intento de cambio del sistema educativo empieza toda una campaña para denigrar a sus gestores es en ese momento cuando realmente nos damos cuenta del real fracaso del sistema educativo.
 Porque ellos también son hijos de un sistema educativo utilitarista en el que se les ha enseñado ha pensar en ellos pero no en sus semejantes, en sus hermanos. Pero tampoco podemos ser ingenuos, el creer que cambiando el sistema educativo con ello se transformará la sociedad; es necesario que la educación y la cultura se conviertan en vehículos para el conocimiento de la realidad social, política,  económica  y contribuir desde allí a la transformación de las estructuras de dominación. Un pueblo educado, es un pueblo que construye su propia liberación pues como bien decía José Martí “Ser culto es la única manera de ser libre”.
Hay que destacar que dicho fracaso no sólo afecta a unos pocos de la sociedad sino que  arrastra a toda la sociedad  y sobre todo a los sectores más pobres que son en última instancia los victimas de la violencia generalizada impulsada por los opresores como la desarrollada por los oprimidos que producto de su analfabetismo no logran comprender quienes son sus verdaderos enemigos de clase. Quienes son sus verdugos explotadores y como se aprovechan de su propia ignorancia. José Luis Corzo en la presentación del libro “Norte Sur Fabrica de pobreza expresa:
Cuesta trabajo creer que nuestra ignorancia le sea útil a alguien  y que haya políticos en alguna parte del mundo civilizado que la planifique cuidadosamente desde la escuela. Y, sin embargo ¿Por qué no conocemos ya todos, y a la perfección, las cosas escritas y explicadas con tanta sencillez? ¿Quién se aprovecha de nuestra ignorancia? ¿Acaso los grandes comerciantes, los banqueros, las multinacionales del petróleo, los fabricantes de armas. . . o los políticos imperialistas, dictadores o implemente, mediocres oportunistas que viven del voto ajeno. . .?[1]
Es obvio, la ignorancia de nuestros pueblos no es un fenómeno casual, la educación siempre ha sido planificada por los de arriba con la venia también de muchos que siendo de abajo han contribuido a colaborar con las clases dominantes. 
La  “Pseudo educación”  al menos los que  han tenido acceso a ella, que son los menos. Es educación deformante en donde lo único que importa es que el alumno aprenda una técnica aunque no sepan quienes son ni de dónde vienen o como lo planteaba David Escobar Velado en su libro Patria Exacta “Esta es mi patria un millón de hombres que no saben siquiera de donde viene el semen de sus vidas inmensamente amargas. Esta es mi Patria un río de dolor que va en camisa y un puño de ladrones asaltando en plena luz del día la sangre de los pobres”
 Esta educación sí le  puede  llamar de ese modo  no solo es un insulto a la inteligencia humana sino que es alienante y alienada pues el fin que busca no es la liberación del hombre sino mutilar la capacidad de pensamiento crítico y raciocinio de los estudiantes.
La educación debe sacarte de la oscuridad  y llevarte a la luz, debe enseñarte a abandonar el miedo, a ser tu mismo a no ser presa fácil de la presión social, a no ser conformista a que no persigas simplemente el bienestar y la comodidad a costa del dolor y sufrimiento de los demás. La educación debe hacerte cada día más hombre, más mujer, más humano, más sensible y comprometido con tú pueblo.
 Sin embargo, la educación que hoy se te brinda en todas las instituciones educativas y en todos los niveles es una educación no para desarrollar tú inteligencia si no al contrario se te “ educa” para que seas una pieza más del engranaje del sistema de dominación.
Se te parpara para que seas un robot, un títere, un muñeco de alambre que lo puedan  manejar a su antojo. Te equivocas sí crees que la sociedad quiere que seas inteligente, no porque sí eso sucediera te comportarías como persona inteligente y habría algún momento en el que tú te resistiría y dirías no.
Krishnamurti, en su libro hacia la libertad total sostiene que” la educación convencional (tradicional) torna extremadamente difícil el pensar independiente. El amoldamiento nos condena a la mediocridad. Ser diferente del grupo o resistir el entorno no es fácil, y a menudo es peligroso en tanto rindamos culto al éxito.
El impulso de triunfar, implica perseguir la recompensa, ya sea en el mundo material o en la esfera así llamada espiritual, la búsqueda de seguridad interna  o externa, el deseo de comodidades. . .  todo este proceso sofoca el descontento, pone fin a la espontaneidad y engendra miedo; y el miedo bloquea la inteligente comprensión de la vida.
Pero por el otro lado, vemos también como la Ciencia y la tecnología han avanzado tanto en nuestros tiempos que ya no tendríamos por que ver a personas descalzas, sin tener que comer, que beber, donde dormir, donde trabajar dignamente entonces uno se pregunta   ¿Para qué sirve la Ciencia?  ¿A quien beneficia? ¿Por qué la Ciencia siempre está al servicio de los ricos?
La respuesta es parecida a lo se ha venido planteando anteriormente. La educación. Una educación que ha servido y sirve a los intereses de las clases dominantes pero no para desarrollar la capacidad de raciocinio del hombre es la educación perfecta para la burguesía irracional.
Esto significa que no son los números los mejores indicadores del fracaso del sistema educativo nacional sino los hechos concretos que a diario vivimos cada uno de los salvadoreños y salvadoreñas.





[1]  José Luis Corzo.  Presentación del libro. Norte Sur. La fábrica de la pobreza. P.11.

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