domingo, 24 de septiembre de 2017

“EN UNA UNIVERSIDAD DE CIEGOS EL TUERTO ES REY” POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA


“EN UNA UNIVERSIDAD DE CIEGOS  EL TUERTO ES REY”
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA
“En el país de los ciegos el tuerto es el rey” así reza un popular refrán que a mi juicio contiene un enorme caudal de sabiduría. Sin embargo, aquí no me voy a referir a la ceguera física que padecen muchas personas quienes se merecen todo mi  estima,  respeto y consideración. Voy a referirme  a otro tipo de ceguera que es mucho más pérfida y más dañina para las instituciones  como la Universidad  y la sociedad en general.
Este tipo de ceguera abunda mucho en  toda la sociedad, como en la Universidad de El Salvador; me refiero a todos aquellos y aquellas que teniendo sus ojos en perfecto estado no se atreven expresar lo que no está bien  y aceptan sin ninguna objeción cualquier situación. Se puede decir que hay  más o menos tres tipos  de ceguera:
El primero es el que está en correspondencia con los intereses del que dirige y  no son capaces de cuestionar lo más mínimo porque ponen en peligro su status quo.  A la vez que se pone en peligro su posible ascenso en el furo inmediato; de lo anterior deviene una actitud dócil y servil.
El Segundo tipo de ceguera tiene que ver con aquellos y aquellas profesionales  que por miedo a conflictuarse con los de arriba mejor hacen como los que no ven y dejan  que los acontecimientos sigan su marcha natural es decir, aplican sin querer el principio del neoliberalismo. Hacer  y dejar pasar. Pues no logran comprender el daño que le causan a la institución  y a la sociedad en general.
El tercer tipo de ceguera es el de  aquellos y aquellas que andan en busca de aprobación, reconocimiento  y temen que con una actitud crítica pueden ser invisibilizado por los que tienen el control del poder y se pierdan algunas prebendas o concesiones. Claro que hay más pero para efectos de este breve artículo sólo se toman los antes planteados.
 Realmente es triste  ver  como muchos profesionales “pensantes” asumen una actitud carente de toda racionalidad y espíritu crítico sin  valorar el daño que le hacen a la Universidad  y a la sociedad.
En la Universidad  son contados con los dedos de las manos los que cuestionan, la baja calidad de la educación, el modelo educativo obsoleto que data  desde hace más de cien años, nadie dice nada de los altos índices de reprobación académica, de los abusos de  algunos docentes hacia los alumnos,  del autoritarismo visceral de algunas autoridades, de las condiciones en las que se ejerce la docencia en algunas Facultades, nadie dice nada sobre la necesidad de una transformación curricular  o Reforma Universitaria,  se olvidan que la esencia, la razón de ser de la Universidad es: La ciencia, la investigación, el conocimiento científico, el arte  y la cultura, el respeto por la dignidad humana y el engrandecimiento de la cultura Nacional.
No obstante, cuando  se atreven hablar dicen barrabasadas incongruentes  sacadas de la manga de la camisa que ni ellos  mismos se lo pueden creer. Hablan de educación la cual reducen a un simple tecnicismo neoliberal que nada tiene que ver con un proyecto de Universidad ni de sociedad.
 Estas personas que se sienten certificadas,  ignoran el verdadero contenido de la educación, pues la educación no es simplemente la transmisión de una técnica al profesional sino transformar su propio ser para que pueda vivir  una vida plena,  decorosa, con ética  y con dignidad.
 Educar es tener un proyecto de Universidad que nos diga hacia donde queremos llegar, es saber qué perfil de hombre y mujer necesitamos formar para la sociedad. La educación no puede ni debe  transitar  a ciegas, la educación que se imparte en la Universidad no debe servir para inflar de ego a los graduados como globos,  o como decía el Dr. Salvador Allende "Se necesitan profesionales que no busquen engordar en los puestos públicos” (Salvador Allende. Discurso Pronunciado en la Universidad de Guadalajara el 2 de diciembre de 1972)
 Lamentablemente la ceguera  se ha expandido a gran parte de los alumnos y alumnas adquirida, desde  luego, de algunos de sus  maestros que comparten esa conducta mediocre y servil.
La ceguera en la Universidad ha nublado la razón, el espíritu crítico y el combate a la injusticia, al sometimiento,  la imposición. Es una Universidad que no puede pensar ni pensarse porque practica la ideología de la sumisión, el entreguismo  y el pensamiento único. De lo anterior podemos  concluir que” “en una Universidad de ciegos y el tuerto es Rey”





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