“SI ME ENGAÑAS DOS VECES, LA CULPA ES MÍA”
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
1. LA SABIDURÍA DEL PUEBLO Y LA MEMORIA CORTA
Hay una frase que encierra más sabiduría que mil
discursos políticos: “Si me engañas una vez, la culpa es tuya; si me engañas
dos, la culpa es mía.”
Esta expresión popular resume una gran lección que el
pueblo salvadoreño debe grabarse en la conciencia. Porque durante tres largas
décadas, los partidos ARENA y FMLN gobernaron alternadamente y ambos
demostraron ser dos caras de una misma moneda: la corrupción, el abuso del poder
y el desprecio por el pueblo.
No fue casualidad que, tras treinta años de promesas
incumplidas, el país quedara sumido en la pobreza, la violencia, el desempleo y
la desesperanza. Las cifras son contundentes: entre ARENA y FMLN defraudaron
más de 77 mil millones de dólares al Estado salvadoreño. Dinero que debió
servir para hospitales, escuelas, carreteras, seguridad y desarrollo, pero
terminó engordando fortunas privadas, campañas electorales y cuentas secretas
en paraísos fiscales.
Y ahora, con descaro, esos mismos partidos pretenden
presentarse otra vez como “alternativa” para el pueblo, como si el país hubiera
olvidado su historial de saqueo.
2. TREINTA AÑOS DE ENGAÑO Y SIMULACIÓN
Los salvadoreños vivimos una historia de engaños maquillados
con eslóganes vacíos. ARENA prometía libertad y progreso, pero su “libertad” fue
para los grandes empresarios y su “progreso” consistió en privatizar todo lo
que generaba riqueza nacional. Entregaron los bienes públicos, enriquecieron a
una élite y condenaron al pueblo al endeudamiento y a la miseria.
Por su parte, el FMLN se disfrazó de redentor de los
pobres, pero una vez en el poder, repitió los mismos vicios del sistema que
decía combatir. Sus líderes se olvidaron del pueblo y se aferraron al dinero y
al poder con la misma voracidad de los que antes habían criticado.
Treinta años bastaron para probar que ambos partidos
convirtieron la política en un negocio, el Estado en una finca privada y la
democracia en una farsa. El pueblo fue usado como escalera para ascender al
poder, y una vez arriba, lo olvidaron.
3. EL PRESENTE EXIGE MEMORIA Y CONCIENCIA
Hoy, cuando esas mismas estructuras corruptas —ARENA,
FMLN y el nuevo adorno llamado VAMOS— vuelven a aparecer con discursos
reciclados, el pueblo tiene el deber moral de no caer de nuevo en la trampa. La
sabiduría popular debe imponerse sobre la manipulación mediática.
Ningún partido que saqueó, mintió y traicionó puede
redimirse con una campaña publicitaria. Las heridas que dejaron en la nación no
se curan con promesas vacías ni con sonrisas de candidatos oportunistas.
Quienes ahora intentan recuperar poder no lo hacen por
amor al país, sino por nostalgia del privilegio perdido, por la frustración de
no poder seguir viviendo del erario público.
Y todavía hay quienes —por resentimiento, por intereses personales o porque no soportan ver que el país avanza sin ellos— se ponen del lado del pasado. Algunos se indignan porque un hijo está preso por sus actos, o porque ya no tienen un “puesto” asegurado en el Estado. Pero la justicia no es venganza: es la consecuencia de años de impunidad.
4. EL PUEBLO YA NO ES EL MISMO
El Salvador ha cambiado. El pueblo ya no es el ingenuo
que creía en promesas coloridas ni en campañas con banderas rojas o tricolores.
Hoy el salvadoreño común tiene acceso a la información, a la educación y a una
conciencia más despierta. Sabe distinguir entre los que trabajan por el país y
los que solo trabajan por ellos mismos.
El nuevo tiempo que vivimos exige dignidad, memoria y criterio
propio. No se trata de fanatismo político, sino de simple justicia histórica.
Ningún ladrón puede volver a ser guardián del tesoro, y ningún traidor puede
ser considerado alternativa.
5. CONCLUSIÓN: NO MÁS ENGAÑOS
La historia nos dio una lección muy cara. ARENA, FMLN y
sus satélites políticos como VAMOS representan el pasado más oscuro del país.
El pueblo tiene ahora el poder de decidir con la cabeza,
no con el corazón ni con el miedo. La memoria es la mejor vacuna contra el
engaño.
Si después de todo lo vivido todavía hay quien cree en
las promesas de los mismos que nos saquearon, entonces, como dice la sabiduría
popular, “la culpa ya no será de ellos, sino nuestra”.
SAN SALVADOR, 13 DE OCTUBRE DE 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario