lunes, 6 de octubre de 2025

 



LA DIALÉCTICA TRATA DE LA COSA MISMA: UN LLAMADO A PENSAR LA REALIDAD DESDE SU ESENCIA

KAREL KOSÍK Y LA VIGENCIA DE LA DIALÉCTICA DE LO CONCRETO

POR:MSC. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

INTRODUCCIÓN

En la introducción de La dialéctica de lo concreto (1963), el filósofo checo Karel Kosík formula una afirmación breve, pero de enorme densidad filosófica: “La dialéctica trata de la cosa misma” (Kosík, 1963, p. 17). Con esta frase, Kosík abre un camino de reflexión que cuestiona los modos superficiales de pensamiento y reivindica la necesidad de comprender la realidad en su profundidad, en su movimiento y en sus contradicciones.

Esta declaración marca una ruptura con las formas de pensamiento que reducen el conocimiento a datos, fórmulas o abstracciones. Para Kosík, la filosofía y las ciencias sociales deben dirigirse hacia la realidad concreta, entendida no como lo inmediato o empírico, sino como la totalidad viva que constituye el mundo humano. En otras palabras, “tratar de la cosa misma” es una exigencia epistemológica y ética: comprender la realidad tal como es, para transformarla.

En el contexto actual —caracterizado por la superficialidad mediática, el pensamiento fragmentado y la manipulación ideológica— esta afirmación conserva una fuerza extraordinaria. Kosík nos recuerda que el pensamiento dialéctico no se conforma con describir la apariencia, sino que busca revelar las estructuras internas, los conflictos y las fuerzas históricas que mueven la sociedad.

1. LA DIALÉCTICA FRENTE A LA APARIENCIA: EL LLAMADO A LA COSA MISMA

Cuando Kosík afirma que la dialéctica “trata de la cosa misma”, está retomando el núcleo del pensamiento marxista y hegeliano. En El Capital, Karl Marx (1867/1975) ya había señalado que el pensamiento científico debe ir más allá de la apariencia inmediata:

“Si la apariencia y la esencia de las cosas coincidieran directamente, toda ciencia sería superflua” (Marx, 1975, p. 682).

Kosík se inspira en esta idea para afirmar que el pensamiento dialéctico no se ocupa de la “fachada” del mundo, sino de su esencia, es decir, de la red de relaciones reales que hacen que las cosas sean lo que son. La “cosa misma” no es un objeto aislado, sino un proceso vivo, una totalidad de relaciones sociales, históricas y materiales.

Así, el pensamiento dialéctico se convierte en una forma de resistencia contra el pensamiento simplificador. Tratar de la cosa misma implica descubrir lo que está oculto bajo las formas aparentes de la realidad, desmontar los discursos ideológicos que la disfrazan y revelar las contradicciones que impulsan su transformación.

2. CRÍTICA AL PENSAMIENTO ABSTRACTO Y AL POSITIVISMO

Kosík denuncia dos modos de pensamiento que, aunque opuestos, comparten una misma limitación: el idealismo abstracto y el positivismo empírico.

El idealismo se encierra en el mundo de las ideas, de los conceptos puros, desconectados de la realidad. El positivismo, en cambio, se limita a observar hechos y datos, sin comprender su sentido histórico ni sus contradicciones internas. Ambos, dice Kosík, no llegan a la cosa misma porque se quedan atrapados en un solo aspecto de la realidad: unos en la mente, otros en la superficie de los fenómenos.

En sus palabras:

“El pensamiento abstracto no es falso por ser pensamiento, sino porque mutila la realidad, la reduce a lo que puede manejar fácilmente y convierte sus propias categorías en sustitutos de la cosa misma” (Kosík, 1963, p. 27).

Para Kosík, la dialéctica es lo contrario de esta reducción. Ella parte de la realidad concreta, la asume en toda su complejidad y se esfuerza por captar sus mediaciones, sus contradicciones y su desarrollo. La dialéctica no describe el mundo tal como se presenta, sino que lo reconstruye racionalmente, descubriendo el proceso oculto que subyace a los hechos.

3. LO CONCRETO COMO SÍNTESIS DE MÚLTIPLES DETERMINACIONES

Uno de los aportes más profundos de Kosík es su concepto de lo concreto. Siguiendo a Marx, sostiene que lo concreto no es lo inmediato, sino lo pensado de manera rica y mediada. Marx lo expresa en sus Grundrisse al afirmar:

“Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de la diversidad” (Marx, 1857/1973, p. 21).

Kosík adopta esta idea para explicar que conocer dialécticamente una realidad implica comprender la totalidad de las relaciones que la constituyen. Por ejemplo, entender el fenómeno de la pobreza no consiste en describir carencias materiales, sino en analizar las relaciones económicas, políticas y culturales que la producen.

En este sentido, “la cosa misma” es siempre una realidad social total, que solo puede ser comprendida en su proceso y en sus contradicciones. El pensamiento dialéctico, entonces, no separa, sino que une; no congela la realidad, sino que la capta en movimiento.

4. LA DIALÉCTICA COMO MÉTODO CRÍTICO Y COMPROMISO ÉTICO

Para Kosík, la dialéctica no es solo un método de conocimiento; es también una actitud ética y política ante el mundo. Comprender la cosa misma significa asumir una posición crítica frente a la realidad existente. No se trata de contemplar el mundo, sino de intervenir en él con conciencia.

En su obra afirma:

“El pensamiento que se queda en la apariencia no puede ser liberador, porque reproduce el mundo tal como se presenta; solo el pensamiento que penetra hasta la esencia es capaz de transformarlo” (Kosík, 1963, p. 35).

La filosofía, por tanto, debe ser una crítica de la realidad, no una justificación de lo existente. De ahí que Kosík se inscriba en la tradición de Marx, quien en sus Tesis sobre Feuerbach (1845) proclamó:

“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo; de lo que se trata es de transformarlo” (Marx, 1845/1974, p. 15).

Así, “tratar de la cosa misma” implica comprometer el pensamiento con la verdad y con la praxis transformadora. El conocimiento auténtico no es neutral: está al servicio de la emancipación humana.

5. VIGENCIA DE LA DIALÉCTICA EN EL SIGLO XXI

En la actualidad, marcada por la sobreinformación, las redes sociales y la posverdad, la afirmación de Kosík adquiere un nuevo sentido. Vivimos en una cultura donde abunda la opinión, pero escasea la comprensión; donde se repiten datos sin analizar las causas; donde lo aparente se impone sobre lo esencial.

Frente a este panorama, “la dialéctica trata de la cosa misma” es una invitación a recuperar la profundidad del pensamiento crítico. Significa volver a mirar el mundo con ojos interrogativos, ir más allá de los discursos prefabricados y entender las causas profundas de los problemas sociales: la desigualdad, la alienación, el poder económico, la destrucción del medio ambiente. El pensamiento dialéctico, tal como lo concibe Kosík, sigue siendo una herramienta poderosa para desenmascarar las ideologías, comprender la realidad en su complejidad y promover una educación que forme conciencia crítica.

CONCLUSIÓN

La frase de Karel Kosík —“La dialéctica trata de la cosa misma”— resume el núcleo del pensamiento crítico: el compromiso del conocimiento con la verdad y con la realidad concreta.

Tratar de la cosa misma es negarse a vivir en la superficie, es mirar detrás de las apariencias, comprender las causas y reconocer las contradicciones que hacen avanzar la historia.

Para Kosík, el pensamiento dialéctico no es una técnica intelectual, sino una manera de situarse en el mundo con honestidad y compromiso. Comprender la cosa misma es también reconocerse como parte de ella, como sujeto activo de transformación.

En tiempos de pensamiento débil y de verdades manipuladas, esta lección resulta urgente. Solo el pensamiento que se atreve a mirar la realidad en su complejidad —sin miedo, sin evasiones— puede contribuir a construir una sociedad más justa, más lúcida y más humana.

REFLEXIÓN FINAL

Pensar la cosa misma es recuperar la dignidad del pensamiento. Significa no contentarse con repetir lo que se dice, sino buscar comprender lo que realmente es. En la educación, en la política y en la vida cotidiana, esta actitud representa la diferencia entre una conciencia pasiva y una conciencia crítica.

Karel Kosík nos enseña que la dialéctica no es un juego teórico, sino un modo de habitar el mundo con profundidad. La filosofía, cuando se toma en serio “la cosa misma”, se convierte en praxis liberadora: en pensamiento que transforma, en conocimiento que humaniza.

REFERENCIAS

1.      Kosík, K. (1963). La dialéctica de lo concreto. México: Grijalbo.

2.      Marx, K. (1845/1974). Tesis sobre Feuerbach. En Obras escogidas (Vol. 1). Moscú: Editorial Progreso.

3.      Marx, K. (1857/1973). Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse). México: Siglo XXI.

4.      Marx, K. (1867/1975). El Capital (Vol. I). México: Siglo XXI.







 

 

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