LA DIALÉCTICA TRATA DE LA COSA MISMA: UN LLAMADO A PENSAR LA REALIDAD DESDE SU ESENCIA
KAREL KOSÍK Y
LA VIGENCIA DE LA DIALÉCTICA DE LO CONCRETO
POR:MSC. JOSÉ
ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN
En la introducción de La dialéctica de lo concreto
(1963), el filósofo checo Karel Kosík formula una afirmación breve, pero de
enorme densidad filosófica: “La dialéctica trata de la cosa misma” (Kosík,
1963, p. 17). Con esta frase, Kosík abre un camino de reflexión que cuestiona
los modos superficiales de pensamiento y reivindica la necesidad de comprender
la realidad en su profundidad, en su movimiento y en sus contradicciones.
Esta declaración marca una ruptura con las formas de
pensamiento que reducen el conocimiento a datos, fórmulas o abstracciones. Para Kosík, la filosofía y las ciencias
sociales deben dirigirse hacia la realidad concreta, entendida no como lo
inmediato o empírico, sino como la totalidad viva que constituye el mundo
humano. En otras palabras, “tratar
de la cosa misma” es una exigencia epistemológica y ética: comprender la
realidad tal como es, para transformarla.
En el contexto actual —caracterizado por la
superficialidad mediática, el pensamiento fragmentado y la manipulación
ideológica— esta afirmación conserva una fuerza extraordinaria. Kosík nos
recuerda que el pensamiento dialéctico no se conforma con describir la
apariencia, sino que busca revelar las estructuras internas, los conflictos y
las fuerzas históricas que mueven la sociedad.
1. LA DIALÉCTICA FRENTE A LA APARIENCIA: EL LLAMADO A LA
COSA MISMA
Cuando Kosík afirma que la dialéctica “trata de la cosa
misma”, está retomando el núcleo del pensamiento marxista y hegeliano. En El
Capital, Karl Marx (1867/1975) ya había señalado que el pensamiento científico
debe ir más allá de la apariencia inmediata:
“Si la apariencia y la esencia de las cosas coincidieran
directamente, toda ciencia sería superflua” (Marx, 1975, p. 682).
Kosík se inspira en esta idea para afirmar que el pensamiento
dialéctico no se ocupa de la “fachada” del mundo, sino de su esencia, es decir,
de la red de relaciones reales que hacen que las cosas sean lo que son. La
“cosa misma” no es un objeto aislado, sino un proceso vivo, una totalidad de
relaciones sociales, históricas y materiales.
Así, el pensamiento dialéctico se convierte en una forma
de resistencia contra el pensamiento simplificador. Tratar de la cosa misma implica descubrir lo que está oculto bajo las
formas aparentes de la realidad, desmontar los discursos ideológicos que la
disfrazan y revelar las contradicciones que impulsan su transformación.
2. CRÍTICA AL PENSAMIENTO ABSTRACTO Y AL POSITIVISMO
Kosík denuncia dos modos de pensamiento que, aunque
opuestos, comparten una misma limitación: el
idealismo abstracto y el positivismo empírico.
El idealismo
se encierra en el mundo de las ideas, de los conceptos puros, desconectados de
la realidad. El positivismo, en cambio, se limita a observar hechos y datos,
sin comprender su sentido histórico ni sus contradicciones internas. Ambos,
dice Kosík, no llegan a la cosa misma porque se quedan atrapados en un solo
aspecto de la realidad: unos en la mente, otros en la superficie de los
fenómenos.
En sus palabras:
“El pensamiento abstracto no es falso por ser
pensamiento, sino porque mutila la realidad, la reduce a lo que puede manejar
fácilmente y convierte sus propias categorías en sustitutos de la cosa misma”
(Kosík, 1963, p. 27).
Para Kosík, la dialéctica es lo contrario de esta
reducción. Ella parte de la realidad concreta, la asume en toda su complejidad
y se esfuerza por captar sus mediaciones, sus contradicciones y su desarrollo.
La dialéctica no describe el mundo tal como se presenta, sino que lo reconstruye
racionalmente, descubriendo el proceso oculto que subyace a los hechos.
3. LO CONCRETO COMO SÍNTESIS DE MÚLTIPLES DETERMINACIONES
Uno de los aportes más profundos de Kosík es su concepto
de lo concreto. Siguiendo a Marx, sostiene que lo concreto no es lo inmediato,
sino lo pensado de manera rica y mediada. Marx lo expresa en sus Grundrisse al
afirmar:
“Lo concreto es concreto porque es la síntesis de
múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de la diversidad” (Marx,
1857/1973, p. 21).
Kosík adopta
esta idea para explicar que conocer dialécticamente una realidad implica
comprender la totalidad de las relaciones que la constituyen. Por ejemplo,
entender el fenómeno de la pobreza no consiste en describir carencias
materiales, sino en analizar las relaciones económicas, políticas y culturales
que la producen.
En este sentido, “la cosa misma” es siempre una realidad
social total, que solo puede ser comprendida en su proceso y en sus
contradicciones. El pensamiento dialéctico, entonces, no separa, sino que une;
no congela la realidad, sino que la capta en movimiento.
4. LA DIALÉCTICA COMO MÉTODO CRÍTICO Y COMPROMISO ÉTICO
Para Kosík, la dialéctica no es solo un método de conocimiento; es también una actitud ética y política ante el mundo. Comprender la cosa misma significa asumir una posición crítica frente a la realidad existente. No se trata de contemplar el mundo, sino de intervenir en él con conciencia.
En su obra afirma:
“El pensamiento que se queda en la apariencia no puede
ser liberador, porque reproduce el mundo tal como se presenta; solo el
pensamiento que penetra hasta la esencia es capaz de transformarlo” (Kosík,
1963, p. 35).
La filosofía, por tanto, debe ser una crítica de la
realidad, no una justificación de lo existente. De ahí que Kosík se inscriba en
la tradición de Marx, quien en sus Tesis sobre Feuerbach (1845) proclamó:
“Los filósofos no han hecho más que interpretar de
diversos modos el mundo; de lo que se trata es de transformarlo” (Marx,
1845/1974, p. 15).
Así, “tratar
de la cosa misma” implica comprometer el pensamiento con la verdad y con la
praxis transformadora. El conocimiento auténtico no es neutral: está al servicio
de la emancipación humana.
5. VIGENCIA DE LA DIALÉCTICA EN EL SIGLO XXI
En la actualidad, marcada por la sobreinformación, las
redes sociales y la posverdad, la afirmación de Kosík adquiere un nuevo
sentido. Vivimos en una cultura donde abunda la opinión, pero escasea la
comprensión; donde se repiten datos sin analizar las causas; donde lo aparente
se impone sobre lo esencial.
Frente a este panorama, “la dialéctica trata de la cosa
misma” es una invitación a recuperar la profundidad del pensamiento crítico.
Significa volver a mirar el mundo con ojos interrogativos, ir más allá de los
discursos prefabricados y entender las causas profundas de los problemas
sociales: la desigualdad, la alienación, el poder económico, la destrucción del
medio ambiente. El pensamiento dialéctico, tal como lo concibe Kosík, sigue
siendo una herramienta poderosa para desenmascarar las ideologías, comprender
la realidad en su complejidad y promover una educación que forme conciencia
crítica.
CONCLUSIÓN
La frase de Karel Kosík —“La dialéctica trata de la cosa
misma”— resume el núcleo del pensamiento crítico: el compromiso del
conocimiento con la verdad y con la realidad concreta.
Tratar de la cosa misma es negarse a vivir en la
superficie, es mirar detrás de las apariencias, comprender las causas y
reconocer las contradicciones que hacen avanzar la historia.
Para Kosík, el pensamiento dialéctico no es una técnica
intelectual, sino una manera de situarse en el mundo con honestidad y
compromiso. Comprender la cosa misma es también reconocerse como parte de ella,
como sujeto activo de transformación.
En tiempos de pensamiento débil y de verdades
manipuladas, esta lección resulta urgente. Solo el pensamiento que se atreve a
mirar la realidad en su complejidad —sin miedo, sin evasiones— puede contribuir
a construir una sociedad más justa, más lúcida y más humana.
REFLEXIÓN FINAL
Pensar la cosa misma es recuperar la dignidad del
pensamiento. Significa no contentarse con repetir lo que se dice, sino buscar
comprender lo que realmente es. En la educación, en la política y en la vida
cotidiana, esta actitud representa la diferencia entre una conciencia pasiva y
una conciencia crítica.
Karel Kosík nos enseña que la dialéctica no es un juego teórico, sino un modo de habitar el mundo con profundidad. La filosofía, cuando se toma en serio “la cosa misma”, se convierte en praxis liberadora: en pensamiento que transforma, en conocimiento que humaniza.
REFERENCIAS
1.
Kosík, K.
(1963). La dialéctica de lo concreto. México: Grijalbo.
2.
Marx, K.
(1845/1974). Tesis sobre Feuerbach. En Obras escogidas (Vol. 1). Moscú: Editorial
Progreso.
3.
Marx, K.
(1857/1973). Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(Grundrisse). México: Siglo XXI.
4.
Marx, K.
(1867/1975). El Capital (Vol. I). México: Siglo XXI.
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