viernes, 3 de octubre de 2025

 


LA BATALLA POR LA PALABRA: IDEOLOGÍA DE GÉNERO Y EDUCACIÓN EN EL SALVADOR”,

 

POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA

INTRODUCCIÓN

Desde hace varios años, en el escenario político y educativo salvadoreño se han ido introduciendo discursos y prácticas que, bajo el manto del “progreso” y la “inclusión”, han buscado reconfigurar los cimientos culturales y lingüísticos de la sociedad. La llamada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, impulsada por organismos internacionales y asumida de manera acrítica por gobiernos anteriores —particularmente durante la gestión del FMLN, con el beneplácito de ARENA—, se ha convertido en un instrumento de penetración ideológica que no se limita a lo económico y social, sino que incide en el lenguaje, la educación y, sobre todo, en la visión del ser humano.

En ese marco, el lenguaje inclusivo se presenta como una herramienta aparentemente inocua de reconocimiento y respeto, pero que en realidad encierra un proyecto político-cultural más profundo: la imposición de la ideología de género. La escuela pública, espacio privilegiado de socialización y formación de las nuevas generaciones, ha sido el terreno escogido para llevar a cabo esta transformación silenciosa. La reacción actual de la oposición a la medida anunciada por la ministra de Educación —prohibir el uso del lenguaje inclusivo en centros educativos y dependencias estatales— no es, por tanto, un gesto espontáneo de preocupación lingüística, sino la defensa de un proyecto político globalista que busca modelar identidades desde la infancia.

Este ensayo crítico y enérgico analiza las raíces, implicaciones y consecuencias de esta controversia, poniendo en evidencia los intereses ocultos y la necesidad de defender la soberanía cultural y educativa del país frente a agendas impuestas.

1. LA AGENDA 2030 Y EL DESEMBARCO DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

La Agenda 2030 fue presentada como un plan integral de desarrollo sostenible, pero en su interior alberga objetivos y estrategias que trascienden lo económico y social. En el caso de El Salvador, los gobiernos del FMLN la adoptaron con entusiasmo, mientras ARENA guardó un silencio cómplice. Entre los distintos ejes, uno de los más controvertidos es el de la igualdad de género, que en la práctica ha servido como plataforma para introducir la ideología de género en políticas públicas, programas educativos y normativas institucionales (ONU, 2015).

El lenguaje inclusivo se inserta en este contexto como un mecanismo simbólico y práctico para desestructurar las categorías tradicionales de masculino y femenino. No se trata de una discusión académica sobre lingüística, sino de una estrategia política que busca modificar las representaciones sociales y culturales desde la raíz: el idioma.

2. EL LENGUAJE INCLUSIVO: ¿INCLUSIÓN O MANIPULACIÓN?

En apariencia, el lenguaje inclusivo pretende visibilizar a colectivos históricamente discriminados. Sin embargo, su implementación forzada revela otra realidad: la manipulación del idioma como campo de batalla ideológico. Al sustituir terminaciones, alterar reglas gramaticales y promover neologismos sin respaldo académico, no se enriquece la lengua, sino que se degrada y fragmenta.

La Real Academia Española (RAE, 2020) ha sido clara en señalar que el español, por su estructura, ya incluye de manera genérica a ambos sexos, y que las modificaciones artificiales responden más a presiones ideológicas que a necesidades lingüísticas. En consecuencia, lo que se presenta como “inclusión” en realidad es un intento de imposición cultural, destinado a normalizar la ideología de género bajo el disfraz de corrección política.

3. LA ESCUELA COMO CAMPO DE BATALLA

No es casual que el escenario elegido para la imposición del lenguaje inclusivo sean las escuelas públicas. La niñez y la adolescencia constituyen una población particularmente vulnerable a la influencia de discursos oficiales. El sistema educativo, en lugar de priorizar la calidad, la disciplina y el fortalecimiento de competencias, ha sido instrumentalizado como canal de transmisión ideológica.

La oposición política que hoy critica la prohibición del lenguaje inclusivo defiende, en realidad, un modelo que busca colonizar mentalidades desde la primera infancia. De ahí su grito, su llanto y su aparente indignación: no está en juego la gramática, sino la pérdida de un instrumento político de control cultural.

4. LOS INTERESES GLOBALISTAS DETRÁS DEL LENGUAJE INCLUSIVO

El lenguaje inclusivo no surge de manera espontánea en El Salvador. Forma parte de una estrategia global promovida por organismos internacionales, fundaciones y ONG que actúan como brazos ejecutores de intereses políticos y económicos más amplios.

El objetivo es claro: erosionar las identidades nacionales y los valores culturales tradicionales para abrir paso a un modelo uniforme de ciudadanía global, desvinculada de sus raíces. Al alterar el idioma, se altera también la forma de pensar, porque, como afirmaba Wittgenstein, “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Quien controla el lenguaje, controla la forma de ver la realidad.

5. LA MEDIDA DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN: UNA DEFENSA DE SOBERANÍA

En este contexto, la decisión de la Ministra de Educación de prohibir el lenguaje inclusivo en las escuelas y dependencias públicas no debe verse como un gesto de censura, sino como un acto de defensa cultural y soberana. La medida protege a la niñez y juventud de ser utilizadas como terreno de experimentación ideológica, y garantiza que el idioma —patrimonio común de todos— no se degrade por presiones externas.

Frente a la manipulación, se impone la claridad; frente a la ideología, la razón; frente a la colonización cultural, la defensa de la soberanía lingüística y educativa.

CONCLUSIÓN

El debate sobre el lenguaje inclusivo no es un asunto menor ni una moda pasajera. Se trata de un capítulo en la lucha global por el control cultural y político de las sociedades.

En El Salvador, la oposición que hoy defiende su implementación responde más a intereses ideológicos y globalistas que a un genuino interés por la educación o el idioma.

La prohibición anunciada por el Ministerio de Educación constituye, por tanto, una acción necesaria para proteger a las nuevas generaciones, preservar la integridad de la lengua y garantizar que la escuela no sea utilizada como campo de batalla ideológica.

REFLEXIÓN FINAL

El idioma es el vehículo de nuestra cultura, identidad e historia. Dejarlo en manos de agendas externas es renunciar a nuestra soberanía como pueblo. Defender la lengua no significa excluir a nadie, sino preservar el patrimonio común que nos une. La verdadera inclusión no se logra deformando las palabras, sino construyendo una sociedad justa, donde el respeto, la igualdad y la dignidad se practiquen en los hechos y no se reduzcan a artificios lingüísticos.

La lucha contra la imposición del lenguaje inclusivo es, en última instancia, la lucha por mantener la libertad de pensamiento y expresión, frente a quienes pretenden uniformar conciencias a través del idioma.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

1.      Naciones Unidas. (2015). Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. ONU.

2.      Real Academia Española (RAE). (2020). Informe sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas. RAE.

3.      Wittgenstein, L. (1999). Tractatus logico-philosophicus. Alianza Editorial.

 

 

 

 

SAN SALVADOR, 3 DE OCTUBRE DE 2025

No hay comentarios:

Publicar un comentario