EL VERDADERO LENGUAJE INCLUSIVO: ENTRE RESPETO Y MANIPULACIÓN GLOBALISTA
POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN
El debate en torno al lenguaje inclusivo ha desatado
pasiones en todos los rincones del mundo hispanohablante. Lo que en principio
parecía una herramienta para visibilizar a sectores históricamente
discriminados, se ha transformado en un campo de batalla ideológico. La
polémica no radica solo en lo gramatical, sino en lo político y cultural. ¿Qué
es realmente el lenguaje inclusivo? ¿Un acto de justicia o un instrumento de
manipulación? En este comentario crítico sostengo que existe un verdadero
lenguaje inclusivo, nacido del respeto y de la conciencia social, y un falso
inclusivismo promovido por agendas globalistas que buscan uniformar el
pensamiento. La diferencia entre ambos no es menor: marca la frontera entre la
emancipación de los pueblos y su domesticación simbólica.
1. EL VERDADERO LENGUAJE INCLUSIVO: ÉTICA Y RESPETO
El verdadero lenguaje inclusivo no se reduce a la
invención de palabras como “todes” o “todxs”. Su esencia es más profunda:
consiste en usar la lengua de forma responsable para reconocer la dignidad de
cada persona. En lugar de invisibilizar, procura visibilizar; en lugar de
excluir, abre espacios de reconocimiento.
Por ejemplo, saludar diciendo “buenos días a todas y
todos” no rompe ninguna regla del idioma, pero sí envía un mensaje de equidad.
Hablar de “personas con discapacidad” en lugar de “minusválidos” dignifica.
Referirse a “pueblos originarios” en vez de “indios” corrige una injusticia
histórica. En todos estos casos, la inclusión no pasa por forzar la gramática,
sino por un uso consciente, justo y respetuoso del lenguaje.
Como sostiene George Lakoff (2007), el lenguaje no solo
describe realidades: construye marcos mentales que pueden reproducir
desigualdades o derribarlas. De ahí que el lenguaje inclusivo auténtico sea una
herramienta emancipadora.
2. EL LENGUAJE DE LOS GLOBALISTAS: IMPOSICIÓN Y
MANIPULACIÓN
En contraste, el llamado “lenguaje inclusivo” que se
promueve desde organismos internacionales, corporaciones y élites ideológicas
responde a una lógica de imposición más que de inclusión. Se intenta normalizar
el uso de formas artificiales –“todes”, “les niñes”– bajo el argumento de
neutralidad de género. Pero este patrón no surge de los pueblos, sino de
despachos burocráticos y de campañas mediáticas que buscan imponerlo desde
arriba.
Lo problemático de este discurso globalista es que no
reconoce la riqueza cultural ni histórica de cada lengua. Al querer imponer
fórmulas universales, termina desconectándose de las comunidades y generando
rechazo. En vez de unir, fragmenta. En vez de facilitar la comunicación, la
entorpece. Como advierte Chomsky (2017), el lenguaje puede ser un arma de
control social cuando se lo manipula para uniformar el pensamiento.
Además, este inclusivismo globalista no defiende la
diversidad, sino que paradójicamente la borra. Al negar lo masculino y lo
femenino como realidades lingüísticas y biológicas, busca neutralizar las
identidades. Se trata más de un proyecto político que de una defensa de
derechos.
3. INCLUSIÓN VERDADERA VS. MANIPULACIÓN IDEOLÓGICA
La gran trampa consiste en confundir inclusión con
manipulación. La inclusión verdadera se expresa al reconocer a hombres y
mujeres como sujetos plenos, sin invisibilizar ni caricaturizar. La
manipulación, en cambio, aparece cuando se pretende imponer un código
lingüístico arbitrario, desligado de la experiencia real de los pueblos.
La verdadera inclusión no consiste en inventar palabras,
sino en transformar actitudes y prácticas. ¿De qué sirve decir “todes” si en la
práctica se siguen negando derechos a mujeres, trabajadores o pueblos
indígenas? El lenguaje no puede convertirse en un barniz ideológico que encubra
injusticias estructurales. Como señala Bourdieu (1991), el lenguaje es también
una forma de poder: quien define las palabras, define los límites del
pensamiento.
4. LENGUA, IDENTIDAD Y LIBERTAD
El idioma es patrimonio de los pueblos, no de las élites
globalistas. Su función es comunicar, transmitir cultura y reflejar identidad.
Forzar cambios artificiales bajo presión mediática no solo atenta contra la
lengua, sino también contra la libertad de pensamiento. El verdadero lenguaje
inclusivo se construye desde abajo, en la vida cotidiana, en las luchas
sociales, en el respeto mutuo. No desde manuales internacionales que pretenden
homogeneizar.
El español, con su riqueza y plasticidad, ya ofrece
recursos para ser inclusivo sin necesidad de violentar su estructura. Usar
sustantivos colectivos, alternar géneros, recurrir a palabras neutras: todo
esto permite incluir sin caer en la manipulación. La verdadera revolución
lingüística no está en la gramática forzada, sino en la voluntad ética de
reconocer al otro como igual en dignidad.
CONCLUSIÓN
El verdadero lenguaje inclusivo es un acto de justicia,
respeto y humanización. No necesita artificios, sino conciencia crítica. El
lenguaje globalista, en cambio, es una estrategia de manipulación que busca
uniformar el pensamiento y borrar identidades bajo la máscara de la
neutralidad. Defender la lengua como patrimonio cultural significa reivindicar
un uso inclusivo, pero auténtico, nacido de la experiencia de los pueblos y no
de agendas impuestas desde el exterior.
En palabras de Paulo Freire (1970), la liberación
comienza con el acto de nombrar el mundo desde la propia voz, no desde palabras
ajenas impuestas por otros. Ese es el verdadero lenguaje inclusivo: el que humaniza,
emancipa y dignifica.
REFLEXIÓN FINAL
El reto no está en hablar “con x” o “con e”, sino en
construir un lenguaje que refleje respeto real, igualdad concreta y justicia
social. La manipulación globalista quiere convertirnos en autómatas que repiten
consignas, pero los pueblos necesitan ser protagonistas de su palabra. El
idioma no debe ser un instrumento de control, sino una herramienta de
liberación. Defender el verdadero lenguaje inclusivo es defender la libertad de
hablar con dignidad, sin arrodillarse ante agendas impuestas.
REFERENCIAS BIBLOIGAFICAS.
1.
Bourdieu, P.
(1991). Language
and symbolic power. Harvard University Press.
2.
Chomsky, N. (2017). Who rules the world? Metropolitan Books.
3.
Freire, P.
(1970). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI.
4.
Lakoff, G.
(2007). No pienses en un elefante. Editorial Complutense.
SAN SALVADOR, 3 DE OCTUBRE DE 2025
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