lunes, 6 de octubre de 2025

 


DISCURSO: EL FUTURO DE EL SALVADOR SE JUEGA EN EL CORAZÓN DE LOS NIÑOS.

POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

Estimados compatriotas, docentes, madres, padres y ciudadanos comprometidos:

El futuro de El Salvador no se define en los discursos de los poderosos ni en los pasillos de los organismos internacionales; se juega, silenciosamente, en el corazón de nuestros niños. En cada mirada inocente, en cada pregunta curiosa, en cada deseo de aprender, se esconde la semilla de lo que mañana será nuestra nación.

Hoy, más que nunca, esa semilla está amenazada. Vivimos tiempos de confusión moral, cultural y espiritual. Se nos presenta un mundo donde los valores se relativizan, donde lo esencial se diluye en la superficie, y donde se pretende reemplazar la verdad por la manipulación emocional.

En medio de ese panorama surge una corriente global que, bajo la apariencia de modernidad y progreso, intenta uniformar la conciencia de los pueblos. Esa corriente tiene nombre: la arremetida globalista y la Agenda 2030.

Nos dicen que su propósito es noble, que buscan un mundo sostenible, justo e inclusivo.

Pero detrás de ese lenguaje seductor se oculta, muchas veces, una profunda intromisión ideológica que pretende sustituir los valores naturales de la familia, la identidad nacional y la soberanía de los pueblos. Quieren redefinir lo humano, lo moral, lo familiar y lo espiritual. Y el terreno más frágil y codiciado para hacerlo son nuestros niños.

Por eso hoy debemos levantar la voz con serenidad, pero con firmeza: los niños no se tocan, no se manipulan, no se adoctrinan. A ellos les pertenece el derecho a crecer con inocencia, a aprender la verdad, a descubrir el bien y a forjar su propio pensamiento en libertad. Ninguna agenda impuesta desde afuera puede decidir por nuestras familias ni por nuestras aulas el rumbo educativo y moral de nuestros hijos.

Cuidar a los niños es cuidar la patria. Es sembrar conciencia, disciplina y amor a la verdad. Es garantizar que la próxima generación no viva como esclava de ideologías pasajeras, sino como protagonista de su destino. Porque el niño que hoy protegemos será el ciudadano que mañana defenderá la justicia, la libertad y la dignidad de El Salvador.

No podemos permitir que los valores fundamentales sean sustituidos por experimentos ideológicos. La educación debe formar corazones nobles, mentes críticas y espíritus libres, no simples piezas de un engranaje global sin raíces ni identidad. En nuestras manos está decidir si el mañana será un reflejo de lo que fuimos o una copia vacía de lo que otros quieren que seamos.

Por eso, padres, maestros, líderes y ciudadanos: asumamos la misión de cuidar a nuestros niños. No con miedo, sino con esperanza. No con odio, sino con amor. Pero un amor valiente, capaz de decir “no” cuando la inocencia está en juego.

Porque el futuro de El Salvador —ese país que amamos, que soñamos y que tantos sacrificios ha costado— late en el corazón de los niños.

Si cuidamos ese corazón, si lo llenamos de verdad, de fe y de identidad, El Salvador tendrá un futuro digno, libre y luminoso.

 

 

SAN SALVADOR, 6 DE OCTUBRE DE 2025

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario