“ENTRE AVANCES
Y SOMBRAS: LA CONFESIÓN DE IGNORANCIA
COMO CAMINO A LA SABIDURÍA”
POR: MSc. JOSÈ
ISRAEL VENTURA.
INTRODUCCIÓN
Vivimos, sin duda alguna, en una época caracterizada por
transformaciones que hasta hace pocos años hubieran parecido imposibles. La
humanidad presencia avances científicos y tecnológicos que impactan todos los
ámbitos de la vida: la medicina, la comunicación, la economía, la política y
hasta las relaciones interpersonales. El teléfono móvil, la inteligencia
artificial, la edición genética o la exploración espacial son solo ejemplos de
este vertiginoso progreso.
Sin embargo, a pesar de los avances impresionantes de la
ciencia, seguimos viviendo en un mundo donde el denominador común es la
ignorancia. Ignoramos no solo la inmensidad del universo y sus leyes, sino
también aspectos esenciales de nosotros mismos. Desconocemos cómo funcionan
muchas veces nuestras emociones, somos presa de nuestros apetitos, y en
ocasiones confundimos certezas parciales con verdades absolutas. Por ello, no
es extraño que muchas personas se sientan dueñas de la verdad, cuando en
realidad son prisioneras de sus propias limitaciones.
En lo personal, confesar la propia ignorancia no es un
signo de debilidad, sino un acto de humildad intelectual. Como decía Sócrates:
“Solo sé que nada sé”. Aceptar que nuestro conocimiento es limitado abre el
camino a la reflexión y al aprendizaje constante.
1. CAMBIOS ASOMBROSOS EN LA HISTORIA RECIENTE
Los cambios actuales son vertiginosos y se distinguen de
otras épocas históricas por su velocidad y alcance global. Lo que antes podía
tardar siglos en modificarse, hoy ocurre en cuestión de años o incluso meses.
La revolución tecnológica: Internet y la inteligencia
artificial han transformado la forma en que pensamos, trabajamos y nos
relacionamos.
La biomedicina: la edición genética mediante CRISPR ha
abierto posibilidades impensadas, desde curar enfermedades hasta modificar la
herencia.
El cambio climático: evidencia de que no solo avanzamos,
sino que también enfrentamos enormes riesgos globales que cuestionan nuestro
modelo de desarrollo.
Estos cambios, aunque impresionantes, no eliminan nuestra
condición humana: seguimos siendo seres frágiles, con emociones, miedos e
ignorancias que no desaparecen por más avances materiales que logremos
2. LA IGNORANCIA COMO DENOMINADOR COMÚN.
La ignorancia es un elemento constitutivo de la
humanidad. No se trata solo de un vacío de información, sino de una condición
estructural: siempre habrá más cosas desconocidas que conocidas
Ignorancia del universo: la ciencia ha logrado describir
apenas una fracción mínima del cosmos. Según Hawking (2018), apenas comprendemos
un 5% de la materia y energía del universo; el resto sigue siendo un misterio
bajo los nombres de “materia oscura” y “energía oscura”.
Ignorancia de nosotros mismos: ignoramos el
funcionamiento integral del cerebro, el origen de la conciencia, y muchas veces
ni siquiera sabemos por qué sentimos lo que sentimos.
Ignorancia social y política: vivimos en sociedades donde
la manipulación mediática y la desinformación son cotidianas. Muchas veces
actuamos no en función de un conocimiento objetivo, sino de prejuicios o
emociones colectivas.
Aceptar esta ignorancia no debe generar desesperanza,
sino motivarnos a ser más humildes y críticos en nuestra manera de pensar y
actuar.
3. EL ESPEJISMO DE LAS VERDADES ABSOLUTAS
Uno de los grandes riesgos de nuestra época es la ilusión
de certeza. Las redes sociales y la sobreabundancia de información han creado
un escenario en el que muchos se sienten dueños de la verdad. Se confunde
opinión con conocimiento, creencia con evidencia.
Platón ya advertía, en La República, sobre el peligro de
confundir sombras con realidades. Hoy, el “mundo de las sombras” se refleja en
la posverdad: fake news, manipulación política y discursos que apelan más a las
emociones que a los hechos.
En este contexto, la humildad de reconocer la ignorancia
se convierte en una forma de resistencia crítica frente al dogmatismo y la
arrogancia del saber aparente.
4. CONFESARSE IGNORANTE: UN ACTO DE SABIDURÍA
Confesarse ignorante, como lo hace el autor de esta
reflexión, es un acto profundamente humano. Implica reconocer que el
conocimiento no es un estado fijo, sino un proceso dinámico.
Sócrates sostenía que la sabiduría comienza con la
aceptación de la propia ignorancia.
Bachelard (2000) decía que el conocimiento científico
progresa destruyendo “obstáculos epistemológicos”, muchos de ellos construidos
por falsas certezas.
Paulo Freire (1970) defendía que el diálogo auténtico
solo es posible cuando aceptamos que todos tenemos algo que aprender y algo que
enseñar.
Aceptar la ignorancia no es rendirse, sino abrir la
puerta al aprendizaje, la investigación y la autocrítica.
CONCLUSIÓN. Vivimos en
tiempos de cambios asombrosos que nos interpelan constantemente. La humanidad
avanza en ciencia y tecnología, pero también se enfrenta a nuevos dilemas
éticos, sociales y existenciales. Entre tanta transformación, reconocer nuestra
ignorancia se convierte en un gesto de sabiduría y de honestidad.
Ignoramos gran parte del universo, desconocemos en buena
medida nuestro propio cuerpo y nuestra mente, y muchas veces nos engañamos
creyendo que poseemos verdades absolutas. Sin embargo, esta confesión de
ignorancia no nos condena, sino que nos impulsa a buscar, a aprender y a
crecer.
REFLEXIÓN FINAL
Confesar “soy un ignorante” no es un acto de debilidad,
sino de fortaleza interior. Nos libera de la soberbia del saber aparente y nos
coloca en el camino de la búsqueda constante. La verdadera grandeza humana no
está en poseer todas las respuestas, sino en mantener viva la pregunta.
Como decía Albert Einstein: “Lo importante es no dejar de
hacerse preguntas” (Einstein, 1955). En esa pregunta permanente, en ese
reconocimiento de lo que no sabemos, radica el verdadero motor del progreso
humano.
Aceptar nuestra ignorancia es, en el fondo, el primer paso
hacia la auténtica sabiduría.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
1.
Bachelard,
G. (2000). La formación del espíritu científico. México: Siglo XXI Editores.
2.
Einstein, A.
(1955). Ideas y opiniones. Buenos Aires: Editorial Losada.
3.
Freire, P.
(1970). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI Editores.
4.
Hawking, S.
(2018). Breves respuestas a las grandes preguntas. Barcelona: Crítica.
5.
Platón.
(2003). La República. Madrid: Alianza Editorial.
SAN SALVADOR, 29 DE
SEPTIEMBRE DE 2025
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