viernes, 5 de abril de 2024

 

                       LA UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR: LA DEMOCRACIA PERVERTIDA. 

                                                 POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA.

Cada vez estoy más convencido lo difícil que resulta lograr un pensamiento libre, pluralista y democrático en la Universidad de El Salvador. Obviamente nos educan mal, sin ética, principios ni valores. Empero nos inculcan un exacerbado pragmatismo, burdo y visceral, que al final de nuestras carreras terminamos rindiéndole culto a la utilidad y al dinero.

Se nos enseña que lo único que cuenta es la obtención de beneficios personales, la utilidad, el éxito individual. Los valores como la tolerancia, el respeto, el disentimiento, la solidaridad, el compromiso eso no está dentro de la agenda académica de la Universidad.

No obstante, las bribonadas, el engaño, la falacia, la deshonestidad, la inmoralidad, la traición, la viveza, el arribismo, el oportunismo, son antivalores que han penetrado profundamente a la máxima casa de estudios Superiores del país.

En consecuencia, la Universidad vive una democracia pervertida. Una Universidad que debería de ser un ejemplo de democracia, libertad y el sano ejercicio del pensamiento para la sociedad, para los partidos políticos, para las instituciones del gobierno y para los gobernantes.

Hacer política en la Universidad debería ser un ejercicio pleno para poner en práctica la transparencia, el debate, los mejores proyectos, los mejores candidatos a ocupar los puestos de dirección de la UES; sin embargo, hacer política en la UES se torna en un campo de batalla en la que prevalece el insulto, la inmoralidad, la falta de respeto, la perfidia etc.

Como ya se ha dicho en reiteradas ocasiones la Universidad es un fiel reflejo de la descomposición social y moral que vive la sociedad entera. El malestar que se respira en la sociedad es similar o mayor al que se padece en la Universidad.

En la Universidad se vive y se practica un racionalismo instrumental teñido de un pseudo racionalismo científico que esconde con sus apariencias el verdadero rostro del neoliberalismo que pervive dentro del Claustro Universitario.

La Universidad ya no es el espacio para pensar y pensarse, para recrear el pensamiento, sino el lugar para las componendas, los trinquetes, el oportunismo y el arribismo. Los organismos de la Universidad son nada más fachada de democracia, entes que sirven nada más para seguir administrando el desorden ya existente, justificar y legitimar sus maquiavélicos actos. Se llega a los organismos a pasar el rato, a discutir boberías intrascendentes, cuando se debería de estar analizando los graves problemas académicos que impiden el desarrollo académico y científico de la Universidad.


La universidad está penetrada por una maya invisible de grupos y pequeños grupúsculos que sobre la base de un discurso “progresista” y de defensa de la autonomía universitaria, anulan elecciones legítimas e imponen a sus mismos representados sus designios y sin importarles los fines y los objetivos de la Universidad como institución académica.

No cabe duda de que los intereses mezquinos y perversos de estos pequeños grupos han socavado la creatividad, la imaginación y el compromiso de la institución con la sociedad, pero a cambio nos han impuesto, la mediocridad, la ceguera y el colonialismo intelectual o como diría Edgar Morín el “cretinismo intelectual”. Lo que se expresa en todos los ámbitos de la Universidad.

El quehacer académico, científico y social de la Universidad se ha hecho a un lado o se ha ignorado y sus muchos talentos han tenido que ver con profunda tristeza como la institución que otrora fuera un faro de luz para el pueblo hoy ella misma se hunde en la más intensa tiniebla de la ignorancia. Por otro lado, la incapacidad, la intolerancia, la acción directa, el enfrentamiento visceral u oblicuo, el golpe artero es a mi parecer lo que constituye la democracia pervertida de la Universidad.

 

 

SAN SALVADOR, 9 DE MAYO DE 2019.

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