domingo, 30 de octubre de 2011

POR: MSc JOSÉ ISRAEL VENTURA. LA POBREZA UN PROBLEMA ÉTICO

En medio de la crisis de valores que vive la sociedad en general, parece pertinente  acercarnos a los principales problemas  de la ética. Problemas  que por su naturaleza, connotación e impacto social es conveniente estudiar.
Dentro de estos problemas se destacan: el aborto, la prostitución, el divorcio, la eutanasia, la corrupción, la drogadicción, la libertad, los derechos humanos, el sida, la pobreza, la clonación y la pena de muerte entre otros.
Si bien es cierto que dichos problemas se presentan en nuestra percepción diaria como fenómenos naturales o dicho de otra manera, subjetivos, propios de cada persona, sin ningún nexo ni relación con la estructura social, también es cierto que  tales fenómenos  están profundamente arraigados en la forma  como la sociedad está organizada y como ésta capacita a los ciudadanos para encarar los retos y desafíos de la postmodernidad. No obstante, la ciencia nos demuestra que
 “cualquier fenómeno social ya sea el idioma, el arte, el Estado, la Nación, la ciencia y la moral, no puede ser comprendido aisladamente, sino como fenómeno engendrado por la sociedad y correspondiente a determinadas necesidades de ésta. Puesto que el modo de vida de los hombres de cualquier sociedad depende del modo de producción, todos los demás fenómenos de la vida de dicha sociedad dependen en última instancia, del modo de producción, se desprenden de él y están condicionados por él.[1]
   Por otra parte, dado que la ética es la ciencia  que analiza e interpreta el fenómeno de la moral, ésta  nos puede ayudar a tener  una comprensión objetiva y racional del fenómeno objeto de estudio.   Resulta entonces  pertinente  hacer  un intento para que juntos iniciemos dicha reflexión.
Obviamente muchos de estos problemas  tienen sin lugar a  duda raíces sociales y están arraigados desde luego en injusta distribución de la riqueza. Son problemas que la ética como ciencia de la moral debe analizar e interpretar y poner en su justo lugar. Como sabemos el fenómeno de la pobreza hoy se ha convertido no sólo en un problema de orden social sino además, es también ético. Ya que no es posible que en una sociedad en la que se habla de democracia, justicia, valores morales y libertad vivan tantos  millones de personas en la total indigencia por

Ejemplo, de “1200 millones de personas (47 % del África Sub – Sahariana, 20 por ciento del Asia Oriental,  20 por ciento de China, 51 por ciento del Asia meridional, 55 por ciento de la India, 8 por ciento de Europa Oriental, 31 por ciento del Norte de África y 19 por ciento de América Latina) y 850 millones sufren graves problemas de desnutrición. Mientras el 20 por ciento de la población mundial perteneciente a los países industrializados dispone del 85 por ciento del producto bruto mundial. Por otro lado, los más de 4000 millones de habitantes de los países pobres deben conformarse con tan sólo el 15 por ciento restante. El 20 por ciento más pobre del planeta dispone del 1.4 por ciento del producto bruto mundial y representa el 0.9 por ciento del comercio internacional. En este mismo orden de ideas tenemos también que 14 millones de niños y niñas mueren de hambre, diarrea y desnutrición anualmente; donde en muchas regiones del planeta (Centroamérica, etc.,) la mayoría de la población está por debajo del umbral de la pobreza; mientras el mundo emplea el 25 por ciento de sus  científicos e investigadores en la industria bélica, invierte en armamento más de 1000 millones de dólares cada 12 horas[2]  

De lo anterior deviene desde luego una crisis que ya no sólo es social sino como decíamos antes es moral.
Por otro lado,  se escucha por todas partes, que la sociedad está en crisis, que hay pérdida de valores, hay crisis de paradigmas, hay crisis de la familia, de la justicia. Y este es el estribillo que asumen sobretodo  intelectuales e ideólogos de la burguesía, quienes en su afán por  justificar las “bondades de la globalización neoliberal” inventan una terminología que lo único que se proponen es confundir a las masas empobrecidas de los países atrasados y con ello impedir el avance de la clase trabajadora. Aparentan hacer mucho para no hacer nada, es la filosofía del no cambio. En este sentido si vamos hablar de crisis ¿Por qué no se examina las causas profundas que generan la crisis? Ya que en crisis está todo, la familia, la educación, la justicia, la ciencia y la vida misma que es el valor supremo por el que se debe luchar sin tregua alguna.
En estos días leyendo un documento que me encotré cuando consultaba la página web de Internet y que  me pareció sumamente interesante una historia contada por un Monje Budista llamado Mentando Bhikkhu, la cual  ilustra la naturaleza de nuestra responsabilidad social y moral. Dice la historia: una mujer se acercó al monje budista y le dijo: “Cuando tenía 12 años, mis padres, que eran muy pobres, me vendieron a un burdel, y desde entonces he tenido que hacer ese trabajo. Le suplico que perdone mi pecado.” El monje le contestó: “No es necesario que suplique mi perdón. Soy yo y el mundo quienes debemos pedirle perdón, por que no hemos hecho lo suficiente para protegerla. Por favor, primero perdóneme a mí y al mundo por no haber sabido protegerla.”.
La historia anterior refleja la despreocupación de los gobiernos por sus ciudadanos, la falta de responsabilidad de los adultos y de muchas instituciones por la vida y las condiciones sociales del pueblo. Aun que esta historia refleja las condiciones de existencia de millones de personas del mundo que viven en condiciones precarias de existencia, pero quizá el ejemplo  en nuestro país nos queda como anillo al dedo. Ya que es aquí donde los gobiernos y las clases dominantes históricamente  sólo se han interesado en acumular riqueza  sin importar el bienestar social y moral del pueblo salvadoreño.
Cuando se revisan las estadísticas sobre las condiciones materiales de vida y de distribución de la riqueza en nuestra sociedad, nos quedamos sorprendidos de cómo es posible que el ser humano haya alcanzado niveles tan grandes  de avaricia y se comporte como un animal, si somos compañeros de viaje, “andamos en el mismo negocio” como dice Og magdino, en la universidad del éxito. Significa  que todos sin excepción luchamos por la supervivencia, pero cuando un hombre concentra toda su comida para él y su familia  no comparte con los demás se convierte en un animal más que en un hombre, todo esto es un problema moral. Esta situación puede verse con diáfana claridad en nuestra sociedad. Apreciemos  los siguientes datos:

El 1 por ciento de la población, 116 propietarios que a finales de los setenta, absorbían el 35 por ciento del ingreso nacional, cuyas ganancias declaradas eran de, por lo menos, 20 millones de colones al año, es decir, 6700 veces el ingreso de un trabajador – 19 veces más es la actual  media latinoamericana, el continente con mayor desigualdad en el mundo, que tiene una media de ocho --.
Dos décadas después, unos 3 millones y medio de salvadoreños viven con un dólar al día (700 mil hogares) y de ellos, cien mil familias con un colón diario (0.1 dólar). En el otro extremo, 518 familias declaran que ganan al mes por lo menos 10, 000 dólares, y sus ingresos son casi el doble de lo que percibe el estrato inmediatamente inferior. Los tres niveles más bajos, casi un millón de personas, ingresan diez veces menos que la media nacional y los tres más altos, poco más de mil hogares, ingresan una media declarada 17 veces más alta que la nacional. Dentro de estos y en el rango superior, los 518 hogares más ricos tienen una media 23 veces mayor que la nacional[3].

Como se puede ver la excesiva concentración de la riqueza rebasa los límites de la moral por lo que conviene hacer una reflexión e interpretación científica a la luz de la ética y las ciencias sociales. “Los  horrores de la pobreza absoluta se extienden a todos los aspectos de la vida personal: indefensión ante las enfermedades, analfabetismo, sumisión y total inseguridad ante los cambios[4]” 
No cabe ninguna duda de que estos datos hablan por si sólo y nos muestran el deterioro de las condiciones materiales de vida de las poblaciones de los países atrasados como el nuestro. En este sentido la pobreza se ha convertido en un problema de orden moral el cual se tiene que denunciar antes que callar; porque  callar sería lo mismo como guardar silencio y volverse cómplice de semejante atropello a la dignidad humana.      

LA RELACIÓN DIALÉCTICA MATERIALISTA Y LA MORAL
El ser social es producto del medio social en que se desenvuelve. Sin una compresión profunda de lo que significa, esa sintética frase, es imposible el cambio social. Si no se toma conciencia, del complejo mundo material que determina las relaciones entre los seres sociales que componen el conjunto de la sociedad, los seres humanos están condenados a la autodestrucción. El desarrollo científico técnico, usado egoisticamente para engrosar el poder material particular, en vez de forma equitativa, en beneficio del conjunto de la sociedad, además, de impedir un desarrollo sostenido, que no acabe con el ecosistema, impide el desarrollo del ser humano, en el aspecto moral material.
El ser humano, la materia más evolucionada, capaz de producir pensamiento material, de transformar la materia, no culminará su proceso evolutivo, si no es capaz de superar su primitivo instinto animal depredador, que le permita usar racionalmente la inteligencia, para contribuir solidariamente al progreso del conjunto de los seres humanos que habitamos el planeta.
La inmoralidad enfermiza de las personas que defienden el sistema capitalista, para la acumulación personal de capital, basada en la competencia, en vez de en la solidaridad, defienden un sistema que no tiene futuro, se agotará, como ya lo estamos viendo, el cambio climático que amenaza a todas las especies, incluida la humana, ya no se puede ocultar. Los representantes del capitalismo a nivel mundial, son conscientes de esa realidad, se reúnen, dicen, para estudiar el fenómeno y buscar soluciones, pero están condenados al fracaso. Su base materialista grosera, les impide desarrollarse moralmente, equitativamente, no pueden renunciar a su base filosófica - neoliberal -, que les permite la acumulación capitalista. Sería suicidarse políticamente. Prefieren llevarse a la tumba, su poder, su oro, antes que compartirlo con sus semejantes, y así salvarse todos. No pueden terminar con esos falsos bienes de consumo, que tantos beneficios les dan, y que tanta contaminación provoca su producción. Sería acabar con el fetichismo del consumo, con el cual, además, de hacer negocio, expanden su ideología, individualista y depredadora, con la que tienen sometida y atomizada a la mayoría social productiva.
El desarrollo anárquico del capitalismo, basado en el lucro particular, no admite planificación, que tenga en cuenta las necesidades del conjunto de la sociedad. Su base moral, individualista, egoísta, competitiva, se lo impide. Cada vez más, los estados, los gobiernos, están supeditados a los grandes poderes multinacionales, fundamentalmente, los financieros. A los estados, cada vez más, lo único que les va quedando es la planificación y el control de la represión, de la violencia contra cualquier manifestación de protesta.
Cada vez más, se privatizan servicios públicos esenciales, bajo el argumento de la rentabilidad. La verdad, es muy otra, la sociedad en general está más desatendida, las desigualdades se profundizan, cada vez más aumenta la pobreza y la riqueza se concentra en menos manos, los informes del PNUD, año tras año, lo confirman. En Inglaterra, se privatizaron los ferrocarriles, y los accidentes ferroviarios y la muerte de los usuarios aumentaron. Ahora se plantea privatizar la sanidad, en su totalidad, la educación, también en su totalidad, en general todos los servicios que preservan el medio ambiente, la información y la cultura escrita y audiovisual.
El control de los aspectos básicos de la vida de los ciudadanos, pasa de los estados capitalistas, a los verdaderos estados dominantes, ya sin el tapujo del intermediario formal, sin los gobiernos:
directamente administrados por las multinacionales. La teoría impuesta bajo el concepto "globalización", se está haciendo popular, confundiendo hasta a los pensadores, que se dicen de la cultura marxista. La realidad impuesta no es otra que la fase imperialista del capitalismo. Imperialismo, además, de ser un concepto dominante violento, ante todo significa poder económico.
El dominio del pensamiento materialista grosero, lo mismo que el pensamiento de los esquizofrénicos, son manifestaciones de cuerpos insanos, que necesitan los correspondientes tratamientos psiquiátricos, unos, y el otro, de tratamientos sociales y políticos, porque su repercusión, desborda el marco personal, afectando al conjunto de la sociedad.
El pensamiento materialista grosero, difícilmente puede ser vencido, sin la existencia del pensamiento materialista dialéctico, capaz de situar en toda su dimensión la realidad material que origina el mal. Pero, el problema se complica, porque los doctores que tienen que contribuir a erradicar ese mal, es la mayoría social, que está infectada del maléfico virus, llamado pensamiento único, que en mayor o menor medida, nos afecta a todos.
Algunos, el mal lo teorizan, lo definen, pero por estar impregnados del mal, su pensamiento material no es correcto, lo que trasmiten para curar el mal no conecta, su comportamiento político, no se corresponde con la moral que dicen defender, actúan violentamente, impositivamente, ahogando cualquier manifestación de pensamiento crítico, coaccionando y sometiendo a todo aquel que se atreve a discrepar, en vez de convencerlo. Aceptan la moral política, de Maquiavelo, en vez de la moral política de Marx, Engels y Lenin. Las argucias manipuladoras y antidemocráticas, dentro de sus propias organizaciones, son las que les dan el poder. Se hacen cómplices objetivos de los más enfermos, de los que ostentan el poder material y político: de los capitalistas.
El conocimiento objetivo del medio en que nos desenvolvemos, nos hace estar en permanente crítica con el medio, y en particular y en primer lugar, con nosotros mismos, sabedores del condicionante material del que nuestro propio cuerpo es objeto, y por ende, de su repercusión y de su manifestación a través del pensamiento, que nos hace mover todo nuestro cuerpo: nuestros gestos expresados mediante el empleo de las manos, los ojos, la lengua, incluso la bilis. Esa permanente inquietud, nos permitirá analizar, si nuestro pensamiento material, contribuye a transformar el medio en que nos desenvolvemos, si contribuimos al saneamiento colectivo, de nuestro entorno más inmediato.
El nuevo ser social, liberado del materialismo grosero, de la vieja sociedad capitalista, tiene que forjarse en esa sociedad, si quiere transformarla. El virus de la moral comunista, si no se forja y se desarrolla en el caldo de cultivo de la sociedad capitalista, morirá junto con el sistema capitalista, y con toda la humanidad. Ese complejo desarrollo, por supuesto, requiere de tiempo y perseverancia.
El tiempo en conseguirlo, dependerá de nuestra perseverancia en el empeño. Las condiciones materiales, para el caldo de cultivo, hoy más que nunca están dadas. La multiplicación del virus puede tener un desarrollo inimaginable, si damos con las claves que permitan la participación y la organización de la mayoría social, que aunque infectada de la ideología dominante, sufre la contradicción material de una condición social, que necesita sanarse.
El virus se contagia en el contacto personal, cuantos más contactos personales seamos capaces de tener, el virus se multiplicará, siempre que los transmisores del virus estemos muy bien infectados. El virus del comunismo requiere un profundo conocimiento en su base teórica, confrontada con la práctica política cotidiana








[1] W. Kelle M. Kovalzón. Sociología Marxista. P. 64.
[2] Antxon  Mendizábal. La Globalización. P. 15
[3] María Dolores Albiac. “los ricos más ricos de El salvador” en revista de Estudios Centroamericanos. Octubre de 1999. p. 842.

[4] Editorial popular. Norte – sur. La fabrica de la pobreza. P.33

martes, 18 de octubre de 2011

REFORMAR LA EDUCACIÓN: UN DESAFÍO Y UN RETO PARA EL NUEVO GOBIERNO POR: MSc JOSÉ ISRAEL VENTURA


El nuevo Gobierno que asumirá la conducción de nuestro país el primero de junio del presente año; no sólo recibirá un país en medio de una crisis económica  mundial y nacional sino que además, recibirá a una sociedad en estado de descomposición social  y moral.   La violencia  generalizada  y la pérdida de valores es el mayor exponente de la situación  actual.
  Fenómeno  que tiene sus raíces  en muchísimos años de exclusión y marginación social a que nos han sometidos las clases dominantes de nuestro país.  Pero que se han agudizado en los últimos años de gobierno de ARENA.
Por otro lado, un  sistema educativo estructurado sobre la base de una educación tradicional bancaria, que mutila el desarrollo creativo de los educandos, pero que además, expulsa a miles de jóvenes del sistema escolar producto de políticos económicas que buscan únicamente el máximo beneficio a costa del hambre y la miseria de grandes sectores poblacionales que sufren en carne propia la embestida de la injusticia social y que por lo tanto, les  impide el acceso a los servicios educativos como también el acceso a otros servicios como; salud, vivienda digna  y alimentación adecuada.
Estamos ante un sistema educativo que está enfermo de gravedad y que se necesita rescatarlo para ponerlo a funcionar en beneficio de toda la sociedad. Para que se convierta en la brújula que nos oriente hacia la construcción de una nueva sociedad más justa, equitativa y solidaria.
Estamos conscientes de que no es la educación por sí misma la que nos va a liberar, sin embargo, es un baluarte importante en el proceso de construcción de una nueva sociedad en donde impere el respeto por la vida , la cultura y dignidad humana.  Pues de nada nos serviría  que formemos en nuestro sistema educativo y en nuestras Universidades a profesionales con capacidad para desintegrar el átomo, en partículas, moléculas si no se le proporciona  una formación humana en donde prive el amor por el ser humano, el dialogo en vez de la confrontación, la verdad en vez de la mentira, la humildad en vez de la soberbia. Necesitamos una educación para hacer hombre al hombre.
El sistema educativo ha estado secuestrado por las clases dominantes quienes han impuesto su propia concepción del mundo, la vida, del hombre y   la sociedad.  Como sostiene Francisco Gutiérrez en su libro a educación Como Praxis Política “la escuela es la institución social que,  por  su naturaleza, y sus funciones y estructura, cumple como ninguna otra con objetivos políticos. El sistema escolar de cualquier sociedad, es el reflejo fiel de la política e ideología de los grupos gobernantes o de los partidos políticos en el poder”[1].
 Sin embargo, hay que aclarar que no es lo mismo una educación organizada sobre la base de una concepción conservadora, (neoliberal) que busca por todos los medios esconder la realidad, someter, manipular, atemorizar e imponer su propia ideología para lograr objetivos políticos que una educación liberadora con la que se pretenda llevar luz al hombre para que él pueda conducirse en la sociedad asumiendo con respeto,  libertad, armonía y dignidad su propia vida.
Es una educación para transformarlo en hombre, para sacarlo del estado ingenuo en que se encuentra y evitar sea presa fácil de manipulación; es una educación para que se reencuentre como hombre y con otros hombros y para que su vida sea una dicha no un martirio.
Hace muchos años Carlos Marx sentenciaba “la clase que en la sociedad detenta el poder, detenta también el control cultural y los aparatos educativos”[2].  De eso no hay la menor duda, ya que en nuestra sociedad la clase dominante históricamente ha organizado el sistema educativo viendo sus propios intereses, jamás a los de la sociedad.
Esto explica porque a las clases dominantes lejos de proporcionar una educación  a los educandos para que conozcan la historia más bien los prepara para que sean individuos alienados, adaptados a la sociedad, reproductores y perpetuadores de sus esquemas y estructuras. [3]
La burguesía en su desmedido afán por obtener la máxima ganancia siempre ha orientado las reformas educativas hacia un modelo de desarrollo tecnológico con lo cual han pretendido equivocadamente sacar del atraso al país.
Tomando desde luego como base el modelo de desarrollo de los países desarrollados, pero fundamentalmente el Norteamericano. Por  ejemplo, en el reciclado plan 2021 se tiene la creencia de que la tecnología de la computación nos va a sacar del atraso y por lo tanto, hay que expandirla por todo el sistema educativo, aspecto que no está en discusión pues se sabe lo importante que resulta la computación en nuestros días lo que se cuestiona es que se prime el desarrollo tecnológico y se abandone la formación integral del ser humano ya que la misión de la educación deberá

“ofrecer al niño y al joven el panorama del mundo de los hechos y el panorama del mundo de los valores dentro de una concepción social activa y aplicada, con vistas a la consiguiente orientación adecuada de la vida y al logro de la felicidad. La aspiración última y suprema de la educación habrá de consistir en que el individuo viva para un ideal de vida  en que se cultiven plenamente, de modo equilibrado y armónico, los valores físicos, intelectuales, éticos y estéticos, así como los valores vocacionales, con vistas a la superación del ser humano, dentro de un enfoque socialmente integrado”  [4]

Las clases dominantes en nuestro país han hecho durante 177 años desde que
se estableció (1832) el sistema educativo un simple espacio de entrenamiento técnico, político e ideológico dejando de lado como decía Paulo Freire, “las preocupaciones acerca del sentido del conocimiento con el que se trabaja, sus finalidades, intereses, niveles de eficacia ; es, asimismo, olvidarse de las dimensiones éticas que subyacen a la promoción y utilización de los saberes”[5].
La educación se ha  fundamentado a lo largo de nuestra historia un  burdo y nefasto pragmatismo en donde sólo se ha visto la utilidad y las ganancias que la educación pueda reportar a los dueños del gran capital.
 La educación se ha transformado en una mercancía más; que se compra y se vende pero nunca ha servido como instrumento para formar a los ciudadanos y ciudadanas con sólidos principios éticos y morales.
No cabe duda que se  han invertido cuantiosas sumas de dinero para hacer un recambio en la orientación de la educación pero siempre desde la lógica pragmática de obtener la máxima ganancia para los dueños de las multinacionales y el capital nacional.
 Es en estas variables en donde se deben  buscar las causas del gran fracaso de las diferentes reformas educativas que se han llevado a cabo en el país (1945, 1968, 1995 – 2005 y el Plan 2021)  y no buscarlas en las metodología educativas o en la deficiencia de los maestros del magisterio. No obstante, es preciso examinarlas para ajustarlas a los actuales momentos.
No obstante, los pobres resultados cosechados hasta el día de hoy no se deben en absoluto a  la desidia de los maestros que laboran en el Magisterios, aunque probablemente algo puede haber de cierto, sin embargo no puede ser el factor único de tal fracaso.
Pero lo que no  debemos de olvidar es que la educación se ha utilizado históricamente para inculcar la ideología de las clases dominantes; ya que ellos a lo largo de la historia han organizado el sistema educativo de acuerdo con las necesidades del aparato productivo, por ejemplo: si observamos la currícula nacional está organizada desde la independencia hasta la fecha de enero a octubre, de tal manera que la mayoría de los educando sobre todo del campo se incorporaran a las cortas de café y algodón en periodos que estos cultivos estaban en su apogeo.
Esto sólo para poner un ejemplo.  Por otro lado, las clases dominantes en cada reforma educativa llevada a cabo  han ido recortando una serie de contenidos que son de vital importancia para que el educando tenga una visión completa de la realidad nacional.  Ejemplo concreto es la fragmentación de los programas de  educación básica y media en la los contenidos de historia de El salvador en la que  sólo se estudian superficialmente sin que el alumno y alumna pueda formarse una idea global de la problemática.  Lo mismo sucede con otras asignaturas como letras, Ciencias sociales  entre otras que al final de cuentas se transforman en una carga indeseable para los estudiantes.
Obviamente de tras de toda esta estrategia hay todo un componente político que es que el alumno no aprenda a pensar su realidad y no desarrolle su conciencia sobre las causas de la miseria,  hambre pobreza y desigualdad social que viven millones de salvadoreños y salvadoreñas.
No obstante,, se les da un fuerte impulso a las materias y carreras técnicas pues son disciplinas que están estrechamente vinculadas al aparato productivo de la sociedad; pero se abandonan las Ciencias Sociales y humanas pues desde la lógica capitalista estas disciplinas no sirven para nada.  
Siguiendo siempre esta misma lógica las Ciencias Sociales sólo sirven como relleno pues son consideradas por los ideólogos del capitalismo como ciencias de la cultura pero una cultura Light, superflua, insípida carente de contenido.
En una entrevista televisiva que le realizaron a Umberto Eco, el periodista la pregunta a su entrevistado:
“usted que tiene tan amplia cultura. . .   Eco lo interrumpe
Cultura, no. Lo que tengo es curiosidad, necesidad de conocimiento. Necesidad de ampliar mi propia vida, que es tan breve. Porque,  através del conocimiento, al morir se pueden haber vivido miles de vidas. Uno tiene la experiencia propia pero con sólo quererlo, puede acercarse a la de Napoleón, a la de  Julio César. Ampliar la vida. Vivir en una, miles de vidas. Ver el mundo haciendo propias las experiencias de los demás. Esa es la razón de ser del conocimiento. Porque, sí una persona no siente la necesidad de conocer, queda confinada al limite estrecho de su experiencia personal. Desprovista de pasado, está condenado a ser un animal”[6].  Entonces proporcionarle a la población una educación superficial carente de contenido y separada de los verdaderos problemas nacionales ha sido históricamente la estrategia política e ideológica de las clases poderosas  de este país.
Mantener a la población con una conciencia ingenua como decía el gran pedagogo brasileño Paulo freire es parte de la estrategia de la dominación de clase. Por lo tanto, desarrollar una consciencia crítica en los educandos no es un tema que interese a los sectores hegemónicos del país; pues en la medida que un pueblo no piense  es más fácil de dominar, de intimidar, de aterrorizar  y de conculcarles sus derechos.
Hay otro argumento que esgrimen los ideólogos del capitalismo y de los burócratas del Ministerio de Educación es que   el problema es metrológico y técnico, por lo tanto, hay capacitar a los maestros para que impartan bien sus clases  y se lleven bien con los alumnos.
 En ese afán se han gastado cuantiosas sumas de dólares en capacitar a los maestros pero que en la mayoría de los casos dichas capacitaciones sólo sirven para que el maestro y maestra puedan llenar una gran cantidad de papeles con lo cual pasan entretenidos todo el año escolar.
 Pero ¿Qué hay detrás de todo eso?   Claramente hay toda una estrategia política también, pues en la medida que al maestro y maestra no se le forme una concepción científica del mundo, no tenga un concepto claro de lo que es la vida, la sociedad, el hombre, mientras no le enseñemos a pensar, a investigar su realidad, mientras no haga de su praxis educativa una transformación de si mismo y de su mundo externo continuará repitiendo los textos de manera libresca sin que tenga un arraigo en la realidad.
Entonces la transformación de las mentes de los niños y niñas no sufrirá ninguna transformación sustancial y se seguirá castrando el potencial intelectual que por naturaleza trae el ser humano.
Entonces la transformación del sistema educativo pasa no sólo por manejar las nuevas concepciones pedagógicas y teorías educativas sino que al mismo tiempo  pasa por reformar la currícula de formación de los maestros y maestras del magisterio.
El maestro y maestra no debe solamente manejar aspectos de la disciplina que imparte, tiene el compromiso de manejar disciplinas tales como: Filosofía, Sociología, Psicología, economía, Historia, Antropología, computación  e investigación entre otras.
De igual manera, los cursos no deben de organizarse para una semana ni para 15 días sino que deben de ser constantes esto para los que están en ejercicio y para los que están en proceso de formación debe ser una formación sólida tomando en cuenta lo antes mencionado.
Se espera que las nuevas autoridades de educación claridad del modelo de educación que el país necesita; pero además, que consulte a todos los profesionales de la educación  para que juntos tracen una reforma educativa profunda que abarque una revisión curricular rescatando desde luego aquellos  aspectos buenos que puedan tener las reforma actual.


[1] Francisco Gutiérrez. Educación Como Praxis Política. 17
[2] Carlos Marx citado por Francisco Gutiérrez en Educación Como Praxis política. 18
[3] Francisco Gutierrez op cit. P. 30 - 31
[4] José Bell, Delia Luisa López y Tania Caram. Documentos de la Revolución Cubana. 221.
[5]  Paulo freire. Pedagogía de la indignación. P. 16.
[6] Umberto Eco citado por Guillermo Jaim Etcheverría en  la tragedia de la educación. P.85

domingo, 16 de octubre de 2011

POR: MSC. JOSÉ ISRAEL VENTURA LAS CATEGORÍAS DIALÉCTICAS Y SU APLICACIÓN AL PROCESO SALUD ENFERMEDAD

 INTRODUCCIÓN.
Analizar el proceso salud enfermedad desde una perspectiva científica significa en primer lugar interpretarlo a la luz del marco teórico del materialismo dialéctico e histórico.
Para ello es imprescindible tomar en cuenta sus  leyes y categorías. De ello se deriva la necesidad de plantear algunos pasos metodológicos basados en al análisis categorial  de  la dialéctica materialista.

 PASOS METODOLÓGICOS PARA EL ANÁLISIS DEL P. S. E.
 El proceso salud- enfermedad al igual que cualquier otro fenómeno de la realidad social o natural tiene su contenido y su forma. Entendiendo por contenido “la unidad de todos los elementos integrantes del objeto, de las propiedades, nexos, contradicciones y tendencias que están presentes en el paso de la salud a la enfermedad, elementos que pueden ser objetivos y subjetivos, internos y externos, esenciales y no esenciales”[1]
En este sentido el contenido nos permitirá tener un panorama más completo del objeto de estudio (en este caso el proceso salud –enfermedad) a partir del cual podemos iniciar el análisis de los nexos y  los diferentes aspectos con la finalidad de determinar las leyes a que está sujeto el proceso salud-enfermedad.  De igual manera que, el contenido, la forma juega un papel importante para comprender el proceso salud-enfermedad.
Entiéndase por forma “el modo de organización de los elementos del contenido como se encuentran vinculados, el modo de manifestación del contenido”[2]
Por ejemplo, la forma en el proceso salud enfermedad podríamos decir que es la incapacidad, el debilitamiento, la insuficiencia del organismo para desarrollar sus funciones fisiológicas y bioquímicas.
El contenido sería en este caso la enfermedad como tal, el cólera, el sarampión, la tuberculosis;  que son resultado desde luego de las condiciones materiales de vida de las personas. Pero para tener una compresión mejor del  fenómeno en estudio es imprescindible saber cuales son las causas y efectos que originan el proceso salud –enfermedad. Si partimos del hecho de que todos los fenómenos, procesos y objetos del mundo material se encuentran se encuentran en relación y dependencia mutua y que entre ellos existe una concatenación, está claro entonces que el proceso salud –enfermedad se encuentra en esa interdependencia con otros fenómenos que contribuyen a su desarrollo. De ahí que no es científico analizar el proceso salud enfermedad al margen de los factores económico-sociales. Es un error también interpretar la causa de manera lineal o mecánica, es decir, por ejemplo, deducir que una persona por el hecho de haber transitado por lugares contaminados o por haber tenido contacto con una persona que padece de tuberculosis, al siguiente día dicha persona se enferme. En este caso se estaría adoptando el modelo de análisis unicausal que señala que la enfermedad sólo tiene una causa y por ende la concepción positivista que pretende dejar las cosas tal y como están. No obstante, si el propósito es penetrar en la esencia del fenómeno es decir, trascender la apariencia para comprender en su integridad el problema,  salud enfermedad entonces tenemos que conocer las sus causas.
Hay que destacar que en la realidad las causas de un fenómeno no surgen de inmediato, de la nada, sino que es un proceso de acumulación de contradicciones las cuales van creando las condiciones necesarias para dar paso a otra cualidad. Por ejemplo, un accidente de trabajo no se da porque el trabajador sea inepto o porque ya estaba destinado a sufrir dicho accidente. De allí que:

una persona atacada por un virus o una bacteria no manifiesta inmediatamente en su organismo la enfermedad de manera  clara, completa; empieza por sentir diversos síntomas (dolores, molestias) y por presentar signos de la enfermedad (elevación de la temperatura, por ejemplo).
Estos síntomas y signos no son exactamente iguales en todos los organismos. Dependerá de sus condiciones materiales de trabajo y de vida[3]

Debemos comprender entonces que entre causa y efecto existe una multiplicidad de interrelaciones, que dan lugar a que una persona que haya estado padeciendo una  enfermedad determinada; de repente se sienta bien  de salud, pero de manera repentina vuelve a recaer, ante esta situación surge una interrogante ¿Por qué algunas personas sufren recaída y otras no? La respuesta ha esta cuestión la debemos buscar en las condiciones de existencia  que cada grupo social tiene, pues allí es en donde se encuentra dicha explicación. Ya que como se ha venido recalcando durante el desarrollo de este documento el proceso salud-enfermedad está en estrecha relación con la forma como los hombres producen y reproducen su propia existencia;  lo cual determina los niveles de una buena o mala nutrición. En consecuencia, para comprender el proceso salud-enfermedad es necesario además, examinarlo como un fenómeno social e histórico.

Hasta aquí se ha insistido en  que la enfermedad no surge por generación espontánea sino que es resultado de condiciones concretas y determinadas históricamente. En orden para que se produzca una enfermedad tiene que haber una causa y esta causa estará condicionada por otro factor. La necesidad. Aquí vamos a entender la categoría de necesidad como

Aquel fenómeno que no puede dejar de ocurrir en determinadas condiciones concretas. El paso de la salud a la enfermedad se vuelve una necesidad natural (condicionada sociohistóricamente) cuando existen agentes patógenos, físico, químicos o mecánico, hay un huésped susceptible y condiciones sociales y del medio físico necesarias para el surgimiento de las enfermedades y de los accidentes. La conjugación de todos estos aspectos convierte a la enfermedad en algo necesario[4]

Pero como es obvio todos estos aspectos se presentan de distintas manera y con diferentes signos en diversos grupos sociales; resultado indiscutible de las condiciones materiales de vida y de trabajo. Pero a pesar de existen factores concretos que dan origen a la enfermedad, también es necesario considerar factores de orden casual, pero en un momento determinado pueden convertirse en una  real necesidad; pues muchas veces el organismo sólo necesita una excusa para desencadenar el desarrollo de la enfermedad que desde hacia mucho tiempo se había venido incubando. No obstante, el objetivo de la ciencia no sólo consiste en explicar, la forma y  contenido, la causa y el efecto, la necesidad y la casualidad; a la ciencia le interesa conocer la esencia, en este caso el proceso salud- enfermedad; sus nexos, relaciones y leyes a que está condicionada la salud y la enfermedad. Por otro lado, hay que rescatar un principio fundamental dela ciencia y es que ella no tiene un fin en si misma sino que su meta es la transformación de la realidad  pero esa realidad sólo se puede transformar si se conoce su esencia, entendiendo como tal “el aspecto interno y relativamente estable del objeto o proceso que está oculto a la observación directa; la esencia comprende los elementos y relaciones principales, determinante, de los fenómenos del mundo natural y social. El fenómeno es el aspecto externo, más variable de los procesos  u objetos.” [5]
Ahora bien, ¿Cuál es la esencia del proceso salud-enfermedad? Lo principal, lo determinante es decir, la esenciadle proceso salud-enfermedad está condicionada por aquellos elementos y nexos fundamentales para que se de el proceso salud-enfermedad dentro los cuales se destacan:

La presencia de condiciones materiales de trabajo y de vida desfavorables en el organismo y que propician el desarrollo de diversas enfermedades y accidentes de trabajo al relacionarse los individuos con la naturaleza y mantener determinadas relaciones sociales de producción. Por ejemplo, la existencia de condiciones sociales que originan la desnutrición, la falta de vivienda higiénica y los servicios básicos, el medio físico contaminado en que vive y trabaja, las características que asume el proceso productivo y que afecta la salud del trabajador[6]
           El fenómeno representa el aspecto externo, más variable de los procesos u objetos. Significa entonces que para llegar a conocer la esencia, del proceso salud-enfermedad previamente hemos examinado los aspectos fenoménicos  ya que lo primero que observamos de inmediato son las diversos signos, síntomas y alteraciones vitales y molestias; estas alteraciones nos muestran el aspecto externo del fenómeno, pero que resulta imposible conocer la esencia sin tomar en cuenta el fenómeno. Sin embargo, todas estas alteraciones, síntomas y molestias son el resultado de la concatenación de un conjunto de factores que están desencadenando la enfermedad.
         En este contexto resulta de mucha relevancia conocer y dominar la esencia a fin de tener una concepción clara de la realidad en donde se desarrolla la enfermedad. Tenemos entonces otras dos categorías que al igual que las anteriores nos resulta de mucha utilidad para interpretar el proceso salud –enfermedad. Nos referimos a las categorías de posibilidad y realidad.
           ¿ Qué es la posibilidad?. En el marco de esta categoría dialéctica vamos a distinguir al menos dos situaciones por una parte se habla de posibilidad formal o abstracta que es aquella que uno puede desechar, porque no hay elementos suficientes para que se convierta en realidad y por lo tanto hay que desestimarla en la práctica. Para comprender esta categoría es necesario que pongamos un ejemplo: los grupos sociales que viven alejados de las condiciones de riesgos a consecuencia de que poseen excelentes condiciones de vida no pueden ser susceptibles de contraer una determinada enfermedad, como la tuberculosis, ya que ellos tienen adecuadas condiciones de nutrición, viven en condiciones higiénicas adecuadas, tienen acceso oportuno a los servicios médicos por lo que la posibilidad de enfermarse son remotas. Por lo tanto, esa es una posibilidad formal o abstracta. La posibilidad formal se vuelve real en el preciso momento en que se dan las condiciones necesarias para que la persona se enferme o se accidente, condiciones que difieren según las enfermedades, las características  biopsicosociales de los individuos, grupos sociales y  acceso  a los servicios médicos.
        De manera que,  una vez conociendo la esencia del fenómeno conocemos la realidad en sus diversos nexos y relaciones fundamentales, entonces estaremos en  la posibilidad  real de plantear soluciones singulares es decir, podemos en primer momento explicar las causas por la que la mayoría de individuos  que viven en condiciones precarias de vida se enferman con más frecuencia que aquellos que tienen excelentes condiciones de vida y de trabajo. Podemos señalar también las características biológicas, psíquicas y sociales de cada individuo; lo cual determina que no tengan la misma capacidad para resistir las enfermedades. De allí como decía Osler citado por Soriano:
       
            Es mucho más importante saber qué clase de paciente tiene una enfermedad, que saber que clase de enfermedad tiene un paciente.
            Por tanto, el proceso salud- enfermedad que se presenta en determinada persona es un proceso singular, único que contiene los elementos más generales que lo caracterizan como proceso general y universal. Pero, a su vez, contiene los elementos singulares, irrepetibles, ya que aún cuando la salud y la enfermedad, un accidente, es  un ser histórico que mantiene determinadas relaciones con la naturaleza y con los demás hombres para producir y reproducirse[7]
            Con todo este panorama y habiendo encontrado muchas características comunes en todos aquellos grupos sociales  mayoritarios podríamos hacer una generalización mayor y decir que las causas reales de la enfermedad que padecen las mayorías poblacionales se encuentra en la injusta estructura socioeconómica y su situación de dependencia con relación a las potencias desarrolladas.
                         
             
                        

 


[1] Raúl Rojas Soriano. Capitalismo y enfermedad. P. 40.
[2] Ibid. P. 34.
[3] Ibid. 34.
[4] Ibid. 48.
[5] Ibid. 36-37.
[6] Ibid. P.36-37.
[7] Ibid. P.41.

viernes, 14 de octubre de 2011

POR: MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA. ¿HAY CONDICIONES PARA HACER CIENCIA EN LA UES? ELEMENTOS PARA EL DEBATE.

No hay ninguna duda que la Ciencia es la  única senda correcta para  superar los niveles de atraso, miseria, hambre, desnutrición, analfabetismo y otro tipo de males que aquejan a nuestra sociedad. A sí lo menciona  el científico norteamericano Carl Sagan, en su libro titulado el mundo y sus demonios en dicho libro el autor sostiene que “la Ciencia puede ser el camino dorado para que las naciones en vías de desarrollo salgan de la pobreza y el atraso. De igual manera, plantea que abandonar la Ciencia es el camino de regreso a la pobreza y el atraso, además, señala que la Ciencia nos alerta de los riesgos que plantean las tecnologías que alteran al mundo, especialmente para el medio ambiente global del que dependen nuestras vidas. La Ciencia proporciona un esencial sistema de alarma”[1]. Sin embargo, tanto los valores de la Ciencia como los valores de la democracia están en correspondencia, ya que por un lado Ciencia  pretende encontrar  las causas que condicionan a los distintos fenómenos de la realidad  y al descubrirlos los da a conocer lo que en muchas ocasiones contradice los discursos de las democracias formales. Por su parte la democracia entendida como un estilo de vida en la que los valores están siendo histórizados cada vez por la Ciencia para ponerlos en correspondencia con el momento histórico que la sociedad vive. De ahí que entre Ciencia y democracia no existe una discrepancia absoluta,  sin embargo, la hay cuando se trata de regímenes autoritarios, antidemocráticos y déspotas en ese momento  la Ciencia no concuerda con la “democracia”. Pero el tema que nos ocupa aquí son las condiciones que se necesitan para realizar investigación, aunque existe una tendencia en la actualidad  a considerar que la investigación se puede hacer siempre y cuando los docentes lo deseen, estas posiciones no pasan de ser el resultado de una posición ideológica y una  estrecha concepción del mundo y una visión simplista  de quienes a si lo plantean. No obstante, esta concepción tiene detrás de todo el discurso ideológico  sea consciente o inconsciente,  el interés  de justificar que el atraso de la universidad es fruto de la apatía, incapacidad o  haraganería de los docentes. Nada puede resultar tan nocivo para la Universidad ya para comprender el atraso de la misma es necesario tomar en cuenta  las condicionantes sociales que históricamente han imperado en nuestra sociedad y por ende en la universidad. Pues para hacer Ciencia se requieren como sostiene el científico Argentino radicado en Canadá Mario Bunge[2], una serie de requisitos dentro de las que se destacan:
1. Condiciones biológicas. Salud, nutrición, alojamiento, higiene, descanso y cuidados médicos... Una persona desnutrida y enferma no puede estar activa física y mentalmente, ni estar interesado  en los problemas científicos; análogamente, un maestro desnutrido no puede transmitir entusiasmo por la investigación. En suma, una condición necesaria para el arranque y mantenimiento de la Ciencia es alcanzar el nivel básico de desarrollo biológico.
2. Condiciones económicas. La economía debe poder sostener investigadores científicos de tiempo completo de cuyo trabajo no se espere ningún beneficio económico inmediato. Una economía de subsistencia obliga a cada cual a dedicarse primordialmente a asegurarse la próxima comida, perpetuando así el ciclo infernal miseria-ignorancia-miseria. Si bien es cierto que aún en condiciones económicas duras pueden surgir algunos investigadores científicos, sus esfuerzos serán esporádicos y no ejercerán un impacto decisivo sobre la sociedad. La investigación científica vigorosa requiere continuidad y  una masa crítica de la comunidad universitaria (lo que está en negrita es mío).
3. Condiciones políticas. Paz. La investigación científica necesita un estado de paz interior y exterior. La guerra, particularmente en nuestros días cuando no respeta a la población civil, molesta e incluso interrumpe el trabajo  de cada cual, específicamente de aquellos que se dedican a realizar tal labor.
4. Libertad. Libertad para investigar, cuestionar, discutir, aprender y enseñar. Sin libertad de investigación no puede haber trabajo original sostenido: a lo sumo pueden darse esfuerzos esporádicos en las ciencias básicas. Sin libertad de debate no es fácil la audacia innovadora: se preferirá el seguro camino trillado, cuando no la mera repetición del dogma oficial. Y,  sin libertad de aprender y enseñar, los jóvenes no aprenden nuevas ideas ni a sopesar críticamente cuanto dato, hipótesis o técnica se le presente.
En resumen,  la  libertad intelectual es indispensable para desarrollar la Ciencia.
5. Condiciones culturales. Una cultura  dominada totalmente por una cosmovisión ultraterrena inhibe la curiosidad acerca del mundo real a sí como toda actividad tendiente a cambiarlo.
5.1. Visión naturalista o al menos tolerancia por ella. Una cultura dominada por supersticiones que pueblan el mundo de fantasmas y misterios favorece la magia y desalienta la búsqueda de explicaciones naturalistas de los hechos.
5.2. Estima por el saber. Una cultura que estime el saber mucho menos que el poder (económico o político), o que la inmortalidad personal, atribuirá poco valor a los intelectuales. Y semejante sistema de valores no alentará a los jóvenes más talentosos y ambiciosos para que estudien ciencias.
5.3. Respeto por la creatividad.
La estima por el saber no es un bien en si mismo, ya que puede consistir en asimilar una tradición paralizante. El respeto por el saber se torna bueno cuando se refiere a problemas nuevos y empuja a encontrar conocimientos nuevos. Aunque es evidente, conviene agregar que el respeto por la creatividad involucra tolerancia e incluso estímulo a la independencia de juicio y su resultado inevitable, la disidencia. De modo que el respeto por la creatividad está ligado a la libertad intelectual.
5.4. Amor por la naturaleza y la sociedad. Si se siente desprecio por la naturaleza, no se la estudiará; a lo sumo se la explotará, y esto de manera ineficiente por la falta de conocimiento. Otro tanto, ocurre con la sociedad pese a sus deficiencias: quienes odian la vida social recorren caminos o se recluyen en ermitas en lugar de estudiarla por curiosidad o para perfeccionarla.
5.5. Curiosidad. Interés en averiguar cómo es la realidad, mediante un arduo trabajo antes que bebiendo el agua de la sabiduría perenne e instantánea. Por cierto la actitud exploratoria es innata en aves y mamíferos. Pero una cultura estática (tal como la tibetana) o una mala escuela (tal como la que sufren casi todos los niños del mundo) terminan por aplacar la sed de conocimientos. Es más fácil enseñar el dogma y el miedo a cuestionarlo que enseñar la insatisfacción con el estado del actual conocimiento.
5.6. Ambición constructiva: deseo de hacer (no deshacer)grandes cosas, de servir a la humanidad. La humildad es compañera de la pasividad, que se opone a la disposición inquisitiva. (La modestia,  o la Conciencia de las propias limitaciones, es otra cosa. Los creadores pueden ser modestos o arrogantes, nunca humildes. Einstein fue tan ambicioso como modesto.).
 5.7. Veracidad: deseo de encontrar la verdad y difundirla. Si el valor supremo es el placer o la salvación, la fortuna o la gloria, antes que el conocimiento, entonces se recurrirá con más provecho al engaño (en particular el autoengaño) que a la veracidad.
5.8. Educación. Un nivel adecuado de educación primaria, secundaria y universitaria, tanto, en ciencias y técnicas como en humanidades. Puesto que no hay educación moderna adecuada sin ciencia, el planeamiento educativo parecería plantear un problema del tipo del problema del huevo y la gallina. Pero no es así: es mucho más fácil formar maestros que investigadores.
5.9. Institucionalización. La enorme complejidad, diversidad y extensión de la Ciencia contemporánea hacen que el investigador aislado sea una figura del pasado. El propio entrenamiento de un científico en los hábitos de investigación se hace insertándolo en una comunidad científica activa. La lectura de libros y revistas, con ser necesarias no basta para formar un científico: también se necesitan el modelo, el correctivo y el estímulo, que sólo el contacto personal puede dar. En síntesis el esfuerzo científico debe institucionalizarse en los centros de investigación y en la enseñanza en la universidad.
Asumir una actitud como la anterior no significa que se esté en contra de la ciencia, por el contrario es asumir una actitud responsable y realista para que en el futuro las autoridades de la universidad  le den la orientación correcta  a  la investigación científica en el sentido;  de capacitar al personal docente en el campo de la investigación. De igual manera,  el  método científico no debería ser   enseñado como una materia aislada,  la que muchas veces  por compromiso es cursada por  los  estudiantes. Por otra parte, la universidad debe tener claro la política de investigación a seguir, es decir, definir  cuáles son las grandes áreas que va a cubrir con la investigación.  La falta  de una política de investigación ha conducido a que algunos docentes realicen trabajos aislados que no tienen ningún impacto en el proceso de transformación de la sociedad, lo que al mismo tiempo obstaculiza la solución de los problemas que enfrenta la sociedad. La universidad debe trazar una política de investigación científica tecnológica acordes con las necesidades del país lo que redundaría  como consecuencia en elevar la calidad y la excelencia académica de la que tanto se habla pero que es muy poco lo que se hace por mejorarla. Ningún docente desconoce las precarias condiciones en las que se desarrollan las actividades académica en la universidad, no digamos investigación científica la cual desde hace muchos años está ausente de las aulas universitarias y lo único que queda es hacer un burdo docentismo que no tiene impacto alguno en la sociedad, solamente la de repetir mecánicamente los contenidos librescos que nos llegan de otros países con un alto desarrollo científico tecnológico. Es necesario que las autoridades de la universidad y los encargados de la investigación realicen un diagnóstico   de los problemas más ingentes que padece la población salvadoreña y no querer estar haciendo remedos de investigación de punta cuando no hemos resuelto ni siquiera los problemas más agudos como son la  salud en general, los cuales deberían  estar a estas  alturas del nuevo milenio resueltos. Por ejemplo: (sarampión, enfermedades respiratorias, tuberculosis, diarrea, caries, enfermedades periodóntales, oclusopatías etc). Pretender realizar otro tipo de investigación en sociedades como la nuestra es actuar de manera irresponsable y de espaldas de la sociedad. Es negar  la función que por excelencia le corresponde a la universidad. Hacer eso es transformar la universidad en un colegio de educación superior.  No obstante, para llevarla acabo dicha misión  se necesita más que el discurso ampuloso y populista de las autoridades y más aún se requieren hechos y una concepción clara de la investigación científica como también de universidad. No basta con discursos grandilocuentes y buenas intenciones, se requiere más presupuesto pero además, mucho pensamiento, es decir, capacidad para trazar líneas claras y precisas en donde todos sepamos hacia donde queremos llegar.  Se necesitan  buenos salarios para los docentes, capacitación, tiempo  para investigar, bibliotecas bien equipadas, computadoras  que estén a disposición   de los docentes, horarios adecuados para  que el docente tenga el espacio justo  para realizar investigación y dedique  todo su esfuerzo a su campo. Cuando esto suceda entonces las autoridades de  universidad tendrán  toda la solvencia moral para exigir que los docentes hagan investigación, de lo contrario la universidad seguirá hundida en el atraso y la reproducción del circulo infernal como lo llama Mario Bunge, miseria-ignorancia-miseria.
Por su parte, el gobierno debe de abandonar la política de ahogamiento económico hacia la UES y otorgar el presupuesto suficiente para poder desarrollar la universidad de manera integral. De igual manera, la comunidad universitaria debería plantear una estrategia bien planificada a fin de exigir mejores condiciones para el desarrollo académico y científico de la UES.                           
Ante tal situación cabe hacernos algunas interrogantes: ¿Se puede hacer investigación científica en la universidad? ¿Qué tipo de investigación habrá que realizar para contribuir a resolver los graves problemas que atraviesa la sociedad? ¿Es ético pretender hacer investigación de gabinete en una sociedad que no ha logrado superar las necesidades más elementales como son alimentación, salud, educación, vivienda y salubridad? ¿Es moral que la universidad esté pretendiendo hacer investigación de punta o tecnológica mientras las clases populares se mueren por falta de atención médica? ¿Tiene lógica que algunas autoridades de algunas facultades  exijan a los docentes que hagan investigación científica cuando desde hace muchos años las autoridades de la universidad no le brindan capacitación en las áreas pedagógica mucho menos en el campo de la investigación científica? ¿A dónde está el plan de desarrollo de la universidad? ¿Sí existe porque no lo conocemos los docentes y porque no nos han invitado ha participar para dar nuestros aportes? ¿Es moral de parte de la universidad mantener a un personal académico ganando salarios de hambre que no alcanza para cubrir las necesidades básicas y tiene que buscar otros medios para no dejar morir de hambre a su familia? ¿ y en estas condiciones hay algunas autoridades que sostienen que se puede hacer investigación científica?¿Qué entenderán estos señores por investigación científica?
Estas son algunas interrogantes que pasan por la mente de muchos docentes que siempre hemos soñado con tener una universidad generadora de conocimiento científico y como tal esté al servicio de los intereses de quienes más lo necesitan. El pueblo.




[1] KARL Sagan. El mundo y sus demonios p.56.
[2] Mario Bunge. Ciencia, Técnica y Desarrollo p.73.