domingo, 30 de enero de 2011

ENSAYO SOBRE LOS EFECTOS DE LAS REFORMAS BORBONICAS



UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR
FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
ESCUELA DE HISTORIA
CURSO SUPERIOR DE HISTORIA DE EL SALVADOR



ENSAYO SOBRE “LOS EFECTOS DE LA REFORMA BORBONICA EN LOS ESTRATOS SOCIALES MÁS BAJOS DE AMERICA Y CENTROAMERICA”

                                                                    POR:
MSc. JOSÉ ISRAEL VENTURA


ASESORA:
DRA. XIOMARA AVENDAÑO ROJAS.





CIUDAD UNIVERSITARIA, 17 DE ENERO DE 2007


INDICE
                                                                                                                                 Pág.   
Introducción………………………………………………………………….......  I I
Contexto histórico de las reformas borbónicas ..………………………………..  1
Objetivos de las reformas ……………………………………………………….  5
Impacto de las reformas borbónicas en los estratos sociales……………………  9
Conclusiones……………………………………………………………………   22
Referencias bibliográficas………………………………………………………  24























INTRODUCCIÓN.

Cuando se  habla de reformas borbónicas se está haciendo alusión al conjunto de cambios económicos, políticos y administrativos que impulsaron los reyes borbónicos de España  durante el siglo XVII Y XVIII, para la metrópoli y las colonias de América. Dichas reformas fueron iniciadas por Felipe V (1700 – 1788).
Con la   introducción de dichas modificaciones en lo  económico, político y administrativo se pretendía recuperar la hegemonía comercial y militar de España, explotar y  defender los exiguos recursos que aún le quedaban en las colonias. Ya que para ese tiempo España atravesaba una de las peores crisis que tocaba la estructura social en su totalidad
Esta crisis tenía su mejor expresión en la decadencia en la que habían caído todas las instituciones del imperio Español. Por otra parte, la elevada tasa de crecimiento de la población colonial generó mayores necesidades y problemas que a la Corona le fue imposible resolver. De igual manera, la corrupción administrativa producida en la administración colonial impidió que España lograra los objetivos propuestos en las mencionadas leyes.
Mientras España luchaba por encontrarle una solución a la crisis que las colonias Vivian, Inglaterra y Portugal expandían  de manera acelerada  su dominio en las colonias. Pero además, inundaban de mercancías a todas las provincias de la nueva España. Era un hecho pues que para España constituía una amenaza enorme pues estaba a punto de perder bastiones que durante muchas años habían estado bajo su control. Ante esta situación no les quedaba otra alternativa que desarrollar un conjunto de medidas que propiciaran no solamente el control de la nueva España sino profundizar los niveles de explotación  de las clases indígenas de América.
En este contexto en este ensayo se aborda la problemática de las reformas borbónicas y sus efectos en aquellos estratos sociales más bajos de la nueva España. El propósito es claro ya que por lo general a través de la historia se ha demostrado que cuando se impulsan medidas de orden económico siempre los más afectados han sido dichos sectores. Por supuesto que estamos hablando de los países de América Latina. Paro además, hay otro objetivo el cual es hacer una revisión de las condiciones de explotación y marginación social a que fueron sometidos nuestros pueblos aborígenes durante el periodo de conquista y la colonia.  Se es consciente de que el ensayo no tiene la profundidad que se podría desear ya que el poco tiempo y la falta de de bibliografía no fue posible ahondar en el asunto. Sin embargo, de ha hecho un esfuerzo por escudriñar mucho de lo relacionado con las reformas borbónicas y su impacto en las colonias de la nueva España. De ahí que el documento está estructurado de la siguiente manera: La introducción, el contexto histórico de las reformas borbónicas, los objetivos de las reformas borbónicas, el impacto de las reformas borbónicas en los estratos sociales más bajos de los pueblos de América y Centroamérica., las conclusiones y las referencias consultadas. 
























CONTEXTO HISTÓRICO DE LAS REFORMAS BORBÓNICAS

Comprender científicamente la historia constituye un enorme desafío para la inteligencia humana; pues no sólo resulta una tarea difícil sino que además, compleja, pues son tiempos que el ser humano no ha vivido pero que necesita reconstruir para tener una mejor comprensión de la sociedad actual y proyectarnos a la construcción de la sociedad del futuro.
Lo complejo hay que entenderlo en el sentido de que existen infinidad de interpretaciones de las cuales ninguna  se puede aceptar como la absolutamente verdadera. Pues sí partimos del principio de que la Ciencia no tiene ni acepta verdades definitivas entonces lo que se plantee a partir de aquí hay que ubicarlo y aceptarlo en este marco.  Tampoco hay que olvidar  que la Ciencia avanza de verdades relativas es decir, por aproximaciones, esto nos ayuda a evitar caer en posiciones escépticas de corte idealistas. De igual manera, dejar claro también que en ningún análisis científico se hace a partir de la neutralidad ideológica o política. Ya que siempre están de por medio la concepción del mundo desde donde se aborda el objeto de estudio.
Por lo tanto, para abordar esta temática  se partirá del principio dialéctico de que “los  móviles manifiestos de los hombres que actúan en la historia no son las causas finales de los acontecimientos históricos. Que en todo caso hay otras fuerzas determinantes que es preciso descubrir, pero no dentro de la historia misma, sino fuera, desde los intereses de clase expresan.
Partiendo de esta premisa  diremos que ningún fenómeno o proceso se da de manera súbita o por generación espontánea sino que es el resultado como decía Marx de  la síntesis de una multiplicidad de determinaciones, contradicciones y luchas que condicionan e impulsan el avance o retroceso de los fenómenos de la realidad objetiva. De ahí que cualquier fenómeno que hace su aparición en un contexto histórico determinado no es más que expresión de otras fuerzas que están detrás de los acontecimientos. De ahí se desprende la necesidad de estudiar la totalidad para luego analizar las partes.
En este contexto comprender el conjunto de reformas borbónicas que emprendió la metrópoli española  durante el siglo XVII Y XVIII en la nueva España y como éstas repercutieron en las condiciones materiales de vida en dichas poblaciones concretamente en las provincias de Centroamérica  y más específicamente en la provincia de El Salvador. Es de vital importancia para la comprensión de nuestro estado actual como nación.
Un elemento que hay que destacar es que si bien las reformas borbónicas se llevaron a cabo en todo la nueva España tan bien es cierto que en cada uno de dichos países tuvieron sus propias especificidades, dado que las condiciones culturales y geográficas jugaron un papel importante como los mismos agentes que las aplicaron.
 Cabe entonces hacernos una interrogante ¿Cuál era la situación que Europa estaba viviendo en el siglo XV? Hay  que  mencionar que  Europa estaba viviendo un momento de una profunda transformación que impactó considerablemente en todos los campos de la cultura. De igual manera, se produjo una gran expansión comercial que permitió concatenar su desarrollo con la América Colonial, sin que esto significara desde luego desarrollo para el nuevo mundo, por el contrario trajo mayor atraso.
Para ese mismo momento en Europa ya había todo un desarrollo cultural, científico  y técnico pues los grandes pensadores como (John Locke, Adán Smith en Inglaterra, el barón de Montesquiu, Juan Jacobo Rousseau y Francisco María Voltaire Dionisio Diderot en Francia) entre otros habían planteado una nueva forma de comprender el mundo y por supuesto al ser humano. Mientras que la América Colonial continuaba en un estado de dependencia tanto en lo económico como en lo político de la metrópoli. De acuerdo con la concepción de estos grandes pensadores de la ilustración “la naturaleza debe ser investigada científicamente y  explotada con racionalidad. De igual manera, la sociedad, la economía y el gobierno también están organizados y funcionan de acuerdo  con las leyes naturales que pueden ser conocidas mediante la razón”[1]
No cabe duda que esta nueva manera de comprender el mundo impactó en las clases dirigentes de España, lo cual devino en leyes un poco más flexibles para los indígenas que eran sin lugar a dudas para ellos los generadores de la riqueza de la Corona.
Obviamente el área colonial resultaba para la metrópoli un punto estratégico para sus intereses económicos como políticos  pues significaba la base sobre la cual descansaba y habría de descansar su economía ya que al momento de su resquebrajamiento económico hubo de recorrer a los ingresos provenientes de la nueva España.  Para solventar sus deudas con sus acreedores. Inglaterra sobre todo.
Es en este marco en el que surge el proyecto de las reformas borbónicas que desde luego beneficiaron a la corona española.  En este contexto Marx, planteaba que:
“las colonias brindaban a las nuevas manufacturas que brotaban de todas partes mercado para sus productos y una acumulación de capital intensificada gracias al régimen de monopolio. El botín conquistado fuera de Europa mediante el saqueo descarado, la esclavización y la matanza, refluía a la metrópoli para convertirse en capital”[2]
Hay que destacar que a pesar de que Europa estaba viviendo un momento de desarrollo cultural considerable España como parte de ese continente no lograba despegar pues arrastraba una crisis de finales del siglo XVII. Su crisis era tan evidente que se expresaba en todas sus instituciones políticas las cuales manifestaban un estado de inercia desde el siglo XVI.  De igual manera, el desarrollo económico se había visto obstruido por una multiplicidad de vicios que venía arrastrando desde la época Feudal lo que ponía a España en una situación de desventaja con relación con el resto de los países de Europa concretamente con Francia e Inglaterra que ya para esa época habían alcanzado estándares de vida satisfactorios. Como también un desarrollo cultural considerable. No obstante, la situación se agravó mucho más como resultado de las empresas bélicas que la monarquía emprendió durante los siglos XVII Y XVIII.
En este contexto nace el proyecto de las reformas borbónicas que buscaban entre otras cosas recuperar el terreno que había perdido con relación a Francia e Inglaterra para ello decidió implementar un conjunto de medidas tendientes a recaudar en las colonias más recursos económicos que le permitieran paliar la crisis que se había profundizado en la metrópoli. De ahí que:

Al subir al trono, los Borbones, se dieron a la tarea de recuperar el poder real que se había debilitado durante el último siglo de la Casa de Austria. Las estrechas relaciones entre los gobiernos de Francia y España facilitaron la difusión de las ideas de la ilustración  e influyeron en la corte española. Fue así como, en la segunda mitad del siglo XVIII, la Corona tomó una serie de medidas de gobierno y de administración en todas las áreas, conocidas con el nombre de reformas borbónicas. Estas medidas ejercieron una profunda influencia en la vida política, social, económica y cultural de la región, aún sin alcanzar todas las metas que se planteaban.  [3]

En consecuencia, las reformas borbónicas implementadas a mediados del siglo XVIII, en toda la metrópoli española buscaban reorganizar la península como su relación con los otros territorios. Para la Corona la transformación obedecían sobre todo a la idea de modernizar el sistema económico y el aparato estatal. Mientras que para la nueva España se trataba únicamente la de obtener más ingresos y controlar el poder político que los Habsburgos habían detentado desde hacía muchísimos años.
Los cambios efectuados por los borbónes en las colonias de América era más de lo mismo ya que sólo se concretaron a modificar los ya existentes. Obviamente todos estos cambios promovidos por la metrópoli era fruto más que todo de la presión ejercida por el avance de la ilustración y como respuesta a la necesidad de defenderse de los avances del desarrollo industrial alcanzado por Inglaterra. Pues Inglaterra necesitaba expandir sus mercados ya que el propio era insuficiente para colocar todas las mercancías producidas por la industria. De modo que el auge de la economía inglesa debilitaba la frágil economía española que se había quedado rezagada con métodos y técnicas anticuadas.
No cabe duda de que el meollo de las reformas borbónicas era el dominio de la monarquía y el Estado sobre los intereses particulares y corporativistas en todos los aspectos de la sociedad, la agricultura, la industria, el comercio, el arte y el conocimiento. España se debatía entre el proteccionismo y el libre comercio. El conflicto fue superado realizando otro tipo de medidas reformadoras. No obstante, se conservaron las restricciones comerciales con las colonias, pero se eliminó el monopolio de Sevilla y Cádiz como puertos que durante mucho tiempo habían controlado el comercio. Para algunos productos elaborados se liberaron los derechos de salida de la península y de los de entrada  en América, también se negó el trafico con puertos no españoles o de mercancías europeas.
En síntesis, la política reformista de los Borbón tuvo como propósito: intensificar el comercio y la manufactura de la península; en los territorios de ultramar hacia la metrópoli, incrementar la producción minera y fomentar la producción de nuevas materias primas en América; reorganizar el fisco para un mayor y eficaz recaudo de impuestos, tributos y regalías para Corona; elevar los niveles de control metropolitana sobre la estructura política y social de las colonias.

OBJETIVOS DE LAS REFORMAS
Aunque implícitamente ya están planteados los objetivos de las reformas borbónicas en este trabajo es conveniente retomar algunos planteamientos de investigadores que han estudiado profundamente el tema así tenemos que Elizabeth Fonseca[4] en su libro Centroamérica: su historia señala que las reformas borbónicas tenían entre otros objetivos los siguientes:
1.      Estimular las comunicaciones y el comercio.  Es  decir, incrementar las comunicaciones marítimas entre España y Centroamérica  a fin de que los puertos de la costa hondureña, Omoa y Trujillo y el puerto guatemalteco de Santo Tomás de Castilla comerciaran directamente con la metrópoli, por medio de navíos sueltos.
2.      Limitar el poder  eclesiástico, atacando la propiedad y privilegios de la iglesia. Obviamente la iglesia como institución había logrado para esa época un poder tan grande que se había convertido en un obstáculo para los intereses de la Corona Española pues como institución se oponía a las reformas planteadas por la administración borbona. El poderío de la Iglesia descansaba en el control de grandes cantidades de tierra y de actividades productivas, como por ejemplo el abastecimiento de azúcar para la capital del Reino. La Iglesia y los eclesiásticos disfrutaban también de numerosas prebendas. Uno de los privilegios que incomodaba a la Corona era el acceso a los bienes y dineros de las cofradías indígenas, pues perjudicaba el pago de tributos a la Real hacienda.
3.      Apoyar a los productores provincianos en sus quejas contra los comerciantes gaditanos y guatemaltecos.
Hay que mencionar que los grandes comerciantes establecidos en la Capital del Reino tenían bajo control el comercio regional centroamericano y los intercambios de larga distancia. Así monopolizaban las exportaciones de añil hacia Europa y las provenientes de Cádiz, las islas Filipinas, México y Perú. El mercado interno de los productos más importantes – ganado, ropas, plata, hierro, cacao e hilazas de algodón – también cayó bajo su control.
Ante esta situación la Corona tomó medidas tendientes a regular dichas anomalías fue así como en el año de 1782, el Capitán Matías de Gálvez estableció la Sociedad de cosecheros de añil, la cual contaba con una junta encargada de fijar los precios del tinte , con un montepío ( especie de Banco), para financiar la actividad. Así como estas medidas tomaron otras con el propósito antes mencionado.
4.      Crear un sistema de intendencias, para suprimir a los funcionarios corruptos.
La creación del sistema de intendencias fue según Fonseca el logro máximo de las reformas borbónicas. En Centroamérica fueron creadas cinco intendencias entre 1785 y 1787, en Chiapas, Guatemala, San salvador, Comayagua y León. Con esta medida se pretendía sustituir a los alcaldes mayores y corregidores (quienes tenían fama de corruptos), por funcionarios leales a la  Corona, todo con el fin de expandir el absolutismo.  Con la creación  de las intendencias, se procuraba también promover el desarrollo de metrópolis regionales, pero tampoco con esto se logró quebrar el poder centrado en la Capital del Reino.
5.      Reformar la estructura de impuestos, con el fin de financiar el creciente poder gubernamental.
Hay que destacar que a mediados del siglo XVIII, la mayor parte de los ingresos de la Real Hacienda en la audiencia de Guatemala provenían de los tributos de los indígenas. La Corona se propuso incrementar los ingresos provenientes del comercio, mediante la creación de receptorías de alcabalas. Ese impuesto al comercio era cobrado por los mismos comerciantes guatemaltecos; pero como estos controlaban las aduanas, fácilmente podían hacer fraudes. También fueron establecidos varios monopolios como los del aguardiente (1765), el tabaco (1766), la pólvora y los naipes. Para ello se establecieron cuatro subadministraciones (en Salvador, Chiapas, Comayagua, y León.)
6.      Aumentar los gastos militares, para evitar la presencia británica en Centroamérica.
Una vez establecida las reformas tributarias en Centroamérica, los Borbones invirtieron cuantiosas sumas de dinero en cancelar salarios de los burócratas y para la defensa del territorio. El objetivo principal era desde luego frenar el expansionismo inglés en la costa del caribe.  Ya que constituía para la Corona una amenaza en cuanto que poco a poco iba desplazando a la Corona Española y apoderándose del comercio de la nueva España.  Esto nos indica que para los Borbónes había objetivos claros en el proceso de reformas impulsadas entre los siglos XVII Y XVIII.
En este mismo orden de ideas Xiomara[5] Avendaño nos plantea de manera similar que:

 Las medidas o los objetivos  propuestos  por la Real Corona eran sobre todo: reorganizar y centralizar la administración de los reinos y provincias. Las mismas pretendían elevar la eficiencia administrativa, incrementar los ingresos fiscales y consolidar el sistema de defensa, orientado a frenar el expansionismo inglés. En el antiguo reino de Guatemala las reformas trataron de estimular las comunicaciones y el comercio,  limitar el poder eclesiástico, apoyar a los productores del interior, reformar el gobierno, reforzar las medidas de defensa y reestructurar el sistema fiscal

Como se puede ver hay una coincidencia entre los diferentes investigadores en torno a los objetivos que perseguía la Real Corona. Por otra parte, hay quienes sostienen que el objetivo último de las reformas impulsadas por los Borbón eran sobre todo la sujeción de las colonias para beneficio económico de la metrópoli: corregir las fugas fiscales y promover la producción para aumentar así la recaudación de impuestos. Para lograrlo se necesitaba reformar las instituciones y procedimientos viciados – a juicio de los reformadores  -- que  se habían incrustado en las sociedades coloniales y con los que ciertos grupos de privilegiados medraban al amparo de la debilidad de los gobernantes de la casa de Habsburgo.


IMPACTO DE LAS REFORMAS BORBÓNICAS EN LOS ESTRATOS SOCIALES MAS BAJOS DE LOS PUEBLOS DE AMÉRICA Y CENTROAMÉRICA.

En este apartado se abordará lo relacionado con el impacto que tuvieron las reformas borbónicas sobre todo en aquellos estratos sociales que más resintieron el proceso de conquista española y de colonización. No obstante, retomaré un texto que a mí entero juicio resulta muy esclarecedor y que nos puede permitir aclarar un mito que desde hace mucho tiempo se viene tejiendo alrededor de la relación del conquistador conquistado. El autor   Jesús María García Añoveros[6], el texto se denomina “La fuerza de trabajo del indígena Americano en las épocas prehispánica y Vireeinal”. Jesús María García Añoveros es investigador del Instituto de Cooperación Iberoamericana.  Añoveros inicia la problematización de la siguiente manera:

LA CAÍDA DEL MITO.
Desde el primer momento en que los descubridores, conquistadores y pobladores españoles entran en contacto con las sociedades indígenas americanas, se va a construir un mito, entre otros, relativo a la bondad y pureza social del indio y de las sociedades felices y utópicas que encontraron los españoles en América y que quedaron hundidas y destrozadas irreversiblemente al contacto con el “colonizador” extranjero. A partir de este momento, el indio cae en una inicua explotación impuesta por los vencedores. Esta visión, falta de objetividad y de toda veracidad histórica, todavía persiste en nuestros días y se agudiza en las ideologías de los movimientos revolucionarios modernos. Sin embargo, es un mito que no resiste un análisis histórico medianamente serio. Cuando los españoles entran en América se encuentran con sociedades en donde la mayoría de la población sufría una intensa y continua explotación de su fuerza de trabajo. En realidad, en este aspecto, no descubrieron nada nuevo de lo que ya existía en el viejo Mundo, en el que la explotación feudal de la fuerza de trabajo campesina era común y habitual.

a)                     El Estado azteca.
Corresponde a una sociedad clasista desarrollada en la que el grupo dominante, integrado por el Tlaotoni o “Señor Supremo”, los nobles o Pilpitzin y los demás señores guerreros, se apropian de una parte de la plusvalía generada por la fuerza de trabajo de la mayoría absoluta de la población, compuesta por los campesinos macehuales o “gente del pueblo” que pertenecía a los calpulli, los mayeques o  “los  que tienen brazos”, los esclavos o tlatacotin, los tamemes o porteadores. Los macehuales, que integraban la mayoría de la población explotada, trabajaban las parcelas que les eran asignadas en el calpullec para su subsistencia, a sí como también las tierras del Tlaotani, de los nobles y las dedicadas al servicio religioso y de la guerra; además, tributaban al grupo dirigente con productos en especie muy variados: alimentos, cerámica, armas, papel, materiales de construcción, textiles, y objetos de arte en plumas, piel, plata y oro; los macehuales, finalmente, debían servir como guerreros en las continuas luchas expansivas del Estado Azteca. Los mayeques trabajaban las tierras estatales y de los señores en el régimen de servidumbre. Los Tlatacontin, que no  hay que confundirlos con los esclavos destinados al sacrificio, eran dedicados a los servicios personales de la clase dominante y también ejercían como tatemes, uno de los oficios más duros. Grupo a parte formaban los potcheca o mercaderes, agrupación estimada y poderosa, que realizaban un servicio inestimable al Estado en sus habituales viajes al exterior, ofreciendo datos precisos sobre las poblaciones que visitaban como primer paso a las posteriores conquistas, y que contribuían al grupo dirigente con objetos de consumo suntuario, y los artesanos especializados, parte de cuyas obras eran entregadas como tributo obligado a los señores. El  Estado  Azteca había extendido su dominio y sometido a otros Estados  o reinos como tributarios, bajo diversas formas; en el siglo XVI estaban divididos en treinta y ocho provincias que integraban cerca de cuatrocientos pueblos.




b)                     El Estado Inca.
La sociedad inca aparece estrictamente jerarquizada en clases rigurosamente separadas e impermeabilizadas, en donde el nacimiento integraba definitivamente  a la persona en un determinado grupo social.
La cúpula del poder estaba formada por el  Inca, los descendientes del Inca, que desempeñaban los cargos principalmente en el Estado, el grupo sacerdotal oficial y los curacas o jefes de ayllus. El pueblo sometido constaba de los puric o campesinos pertenecientes ayllu, la gran mayoría de la población, y los yanaconas, especie de siervos. La tierra, muy probablemente propiedad del Estado, estaba dividida fundamentalmente en tres partes: la del Sol, la del Inca y la de los ayllus; también había tierras usufructuadas por los señores. Las minas, los metales y la ganadería de las llamas y vicuñas eran propiedad del Inca.
Sobre los hombros de los puric descansaban principalmente el peso de las instituciones estatales, el consumo de la clase dirigente y su propia subsistencia. Estaban obligados a trabajar las tierras del Sol y del Inca, así como la parcela que les era asignada en el ayllu; perentoriamente, también trabajaban las tierras de aquellos miembros del ayllu que por diversas circunstancias estaban imposibilitados para hacerlo; en casos específicos, también cultivaban las tierras usufructuadas por los señores; cuidaban los grandes rebaños del Inca; prestaban proporcionalmente el servicio de la mita, que abarcaba una extensa gama de actividades que cubría desde las minas hasta todo tipo de obras y de servicios públicos; en caso de guerras, el ayllu contribuía con los guerreros; confeccionaban obligatoriamente las prendas textiles encargadas por el Inca.
Los yanoconas componían un número limitado que, por diversas razones, no pertenecían a ningún ayllu, y servían como siervos en los campos usufructuados por la clase dirigente; en general se les asignaban los oficios más bajos, como era el de porteadores del ejército. Una de las características de la explotación de la fuerza de trabajo indígena residía en que la tributación era exclusivamente en mano de obra forzada y se desconocía la tributación en especie.
El Estado inca se caracterizaba por una explotación intensiva e ininterrumpida de la fuerza de trabajo campesina, sometida a estrictos controles.

Estos son dos ejemplos que nos pueden ilustrar la situación que vivían nuestros aborígenes antes de la llegada de los españoles en el año de 1492. Por otra parte, es importante conocer tal situación porque muchas veces la historia la aprendemos de la forma como nos la enseñaron o como bien lo expresa Marc Ferro[7] en su libro cómo se cuenta la historia a los niños en el mundo entero. No nos engañemos: la imagen que tenemos de otros pueblos, y hasta de nosotros mismos, está asociada a la Historia tal                   como se nos contó cuando éramos niños. Y mucho de esto ha sucedido cuando tratamos de comprender la historia pues partimos de premisas falsas que no nos ayudan a realizar un análisis objetivo de los fenómenos históricos. A raíz del planteamiento anterior se ha tratado de mostrar dos ejemplos, aunque consciente de que la cita es bastante extensa he considerado necesario traerlo a cuenta. Aunque hay que dejar claro que en contraposición con este planteamiento hay otros como el de Carmen L. Bohórquez que  sostiene que no puede haber punto de comparación entre la dominación española y la aborigen pues:

  una somera comparación entre ambos casos indica, sin embargo, que se trataba de dos situaciones diferentes: en efecto, si bien es cierto que el tributo en especie o servicios  - practicado en América pre- hispánica expresaba sujeción política al Cacique o Señor Principal, el mismo permitía    también una racional redistribución interna del excedente producido por la comunidad. En cambio, el que la Corona institucionaliza persigue un objetivo totalmente diferente: servir de sustento material a toda la empresa colonizadora. Como tal, su aplicación se va a caracterizar por una intrínseca irracionalidad  pues se implanta como un trabajo compulsivo y alienado. Compulsivo, por la violencia ejercida para asegurar su cumplimiento y alienado, por cuanto no sólo su producto tiene destino ajeno al sujeto que lo produce, sino que, además, se fija no en función de la capacidad productiva del grupo, sino de las necesidades e intereses de la sociedad dominadora.                                

 Lo que se puede sacar como una primera aproximación del fenómeno que se está estudiando es que los estratos sociales más bajos durante la  conquista y de colonización de América y Centroamérica fueron los que más sufrieron las consecuencias de dichos acontecimientos.
 Lo que no deja lugar a dudas es que la conquista y la colonización de América fue una empresa económica que buscaba por todos los medios obtener riqueza y esta riqueza la iban a encontrar explotando los recursos naturales como la fuerza de trabajo del indígena y expropiando o privatizando la propiedad comunitaria de la tierra.
O como lo sostiene Añoveros:

La empresa económica americana se polarizó en cuatro direcciones: un cambio radical en las estructuras de propiedad de la tierra, pues frente a la propiedad comunitaria de la tierra, característica de las sociedades indígenas, se impuso la propiedad privada, que, con el tiempo, acabaría dejándola en un segundo plano; una transformación decisiva en cuanto a la productividad y a los sistemas de cultivo, ya que se diversifico la producción y se introdujeron a gran escala los grandes cultivos de exportación ( cacao, azúcar, tabaco, algodón y añil)en las haciendas propiedad de los colonizadores con los adelantos técnicos importados de España, quedando los indígenas, salvo contadas excepciones, con una productividad orientada al mercado y consumo internos; la explotación sistemática y a gran escala de las ricas minas de oro y plata, factor decisivo para el desarrollo mundial la conversión del continente americano en un gran mercado consumidor de productos provenientes del exterior. [8]

En esta misma dirección Roberto regalado[9] en su libro titulado América Latina entre siglos, sostiene que “la economía colonial se basaba en la explotación de los aborígenes y los esclavos importados de otros continentes. Tras un periodo de esclavización indiscriminada de la población aborigen, las “leyes nuevas” promulgadas en 1542 por Carlos III, prohíben la esclavitud indígena y establecen que la única forma autorizada para explotar a esa población es el sistema de repartimientos y encomiendas. La encomienda había sido hasta entonces la forma de explotación aplicada a aquellas etnias indígenas que, por diversas razones, los expertos en derecho canónigo y teología aconsejaban a la Corona que no fuesen esclavizadas”
Ahora bien, aunque las leyes nuevas suavizaban un poco la explotación y esclavización indígena se mantenía o ratificaban la obligación de los indígenas a entregar tributos, y preservar la coexistencia de varias formas de propiedad de la tierra en el área ocupada por la población encomendada. Por otro lado, las reformas borbónicas elaboradas en el año de 1778 y 1812, según Regalado, no hicieron nada mas que legalizar el mercado español de otros productos coloniales – además de metales preciosos --, tales como el azúcar y el tabaco de  Cuba, tabaco de Venezuela  y Quito, y los cueros de de Río de la Plata. También formalizaron la explotación de las colonias como mercados de consumo[10].
No cabe duda de que dichas reforma desencadenaron un aserie de contradicciones al interior de la metrópoli y las colonias controladas por la Corona. Estas contradicciones van a expresarse en antagonismos entre peninsulares encargados de conservar el monopolio comercial y sectores criollos interesados en el libro comercio. Es obvio que también había contradicciones entre los sectores empobrecidos en la Nueva España ya que también exigía un mejor trato y menos explotación, a pesar de que las leyes decretadas por la Real Corona así lo establecían los peninsulares radicados en las colonias no las cumplían. De lo que no queda la menor duda es que con la llegada de los españoles a tierras americanas significó empeoramiento de las condiciones materiales de vida, lo cual significó además trabajar ya no para ellos sino para los nuevos amos. Pero digámoslo que esto fue el primer capitulo de la historia de América,  ya que el segundo capitulo  fue el impacto que las reformas borbónicas tuvieron a partir del momento de que fueron emitidas dichas leyes y como estas repercutieron desde luego en las poblaciones indígenas o mejor dicho en los estratos sociales más pobres de las colonias.
Ahora bien, ¿Qué efectos tuvieron las reformas borbónicas y qué impacto tuvieron en los estratos sociales más bajos? Como es de suponer las reformas impulsadas por los borbónicos trajeron múltiples efectos positivos como negativos en tanto que las medidas lograron minimizar los  excesos de explotación de que eran victimas los indígenas en ese momento, pero otro los indios se vieron mucho más afectados ya que la política reformista de tendía a la anulación de la propiedad comunitaria y la implementación de la propiedad privada de los recursos de la comunidad. Es a partir de este momento cuando se inicia todo un proceso de cambio que tiene como propósito la destrucción de las comunidades esta situación convertía a los indios en desposeídos y en un grupo social más bajo de la escala social. Otro de los efectos  negativos que trajeron las reformas borbónicas para el indio  fue que las autoridades de la intendencia (propietarios de tierra y otros empresarios) tuvieran un mayor control sobre el indio impidiendo que este evadiera pagar sus tributos.
En efecto el papel de las Colonias americanas fue relevante en función del mantenimiento de la estructura fiscal de la Corona. Pero además, estas reformas “introducen la forma de explotación más dura de la fuerza de trabajo, tiene que ver con la implementación del sistema de “tareas” en lugar del de la “jornada laboral”. Este sistema eliminaría en la práctica  -- ya que no en la legislación --- la división original entre una semana de trabajo forzado y dos de trabajo libre, pero, sobre todo, fue el que posibilitó que la minería aumentara la cantidad de mineral procesado.”[11]
El mismo autor señala que esta forma de explotación la encontramos con los llamados “poquiteros”, los productores de añil  en la región centroamericana del actual El Salvador, que constituye así mismo un área de producción campesina.” [12]
Veamos ahora algunas de las quejas que en el año de 1784 manifestaba el Capitán General, José de Estachería, una vez conocido el informe de los cabildos de San Salvador, San Miguel y San Vicente, acerca de la falta de fuerza de brazos. A partir de ese momento dicho militar ordenó un reglamento para asegurar la fuerza de trabajo de los indios productores de añil. El reglamento lo escribió el oidor José Ortiz de la Peña, quien poco después fue nombrado intendente de San Salvador. Algunos aspectos del documento son los siguientes:
1.      El  alcalde Mayor de la Provincia de San Salvador. . . asociado de los Dos Directores de la Real Sociedad, formará anualmente matricula de todas los cosecheros de añil de las tres provincias, hará padrón (consenso) de todos los indios de trabajo que hubiere en los pueblos. Una vez conocidas las necesidades de mano de obra el Alcalde Mayor organizará el repartimiento de indios.
2.      [El Alcalde Mayor ] hará el repartimiento de indios que a cada uno pueda caber en los pueblos que según sus distancias y proporciones sea más conveniente sin exceder una cuarta parte de ellos, por ser así conforme a las Leyes Municipales y costumbres de este reino.  Después de repartir a los indios a los hacendados el Alcalde Mayor debía [deberá] procurar que se cumplieran  sus órdenes: sin permitir que por los curas doctrineros ni por otra persona de cualquier estado o calidad que fuere se impida por ningún pretesto, y hará que los indios concurran por tandas a las labores que les estuvieren señaladas sin permitir que los predichos curas ni otras personas los ocupen en milpas ni otros trabajos.[13]

Ante la escasez de mano de obra estas medidas se extendieron hacia otros grupos sociales de la población como los Ladinos, mulatos, mestizos, negros, Zambos y otros.
Para realizar este trabajo forzado desde luego las autoridades se vieron en la necesidad de organizar el proceso productivo que más le convenía a la Corona. En el reglamento se establecía la organización siguiente:
Todos concurrirán por semanas a la plaza pública de la ciudad, villa o pueblo cabeza de partido, y en ella por juez real. . . se distribuirán estos operarios a los hacendados con la misma justa proporción indicada respecto de los indios, y para recibirlos concurrirán a la misma plaza y casa real los dueños de las haciendas o mayordomos.
Hay que destacar también que habían obligaciones que tenían que cumplir los hacendados para con los subalternos. Por ejemplo, los hacendados tenían que dar vacaciones los días sábados. De igual forma, los hacendados estaban obligados a proporcionarles el tiempo necesario a los indios para que regresaran a sus lugares de origen, como también dándoles las horas necesarias para el descanso de acuerdo el tipo de operaciones que ellos realizaban. Además, los hacendados estaban obligados a darles ranchos o galeras para que se defendieran de las inclemencias del tiempo. Por otra parte, los hacendados tenían que pagar un jornal, el cual se establecía en función de las temperadas de trabajo por ejemplo, cuando era época de desmonte y chapodos en el mes de marzo el indio recibía una paga de diez reales, las pagas debía hacerse en moneda y no en especies ( ropa, víveres u otro tipo de mercancías).
Como es obvio a pesar de que había un reglamento que cumplir, los abusos de autoridad eran muy frecuentes. Por ejemplo, los hacendados no daban las vacaciones establecidas en el ordenamiento o el mejor de los casos pagaban menos de lo estipulado por la Ley. Estos abusos continuaron hasta finales del periodo de la colonia.
No hay duda que las reformas tren concesiones para los indios pero que no resuelven de ninguna manera los atropellos contra los estratos sociales más débiles de la población americana.
En este mismo orden José Antonio Fernández en su libro “pintando el mundo de azul” plantea que:

La prohibición de la Corona de utilizar trabajadores indígenas puso en movimiento dos procesos interrelacionados: la intervención permanente del Estado Colonial para hacer cumplir la prohibición y la aparición de una amplia población no indígena,  que entre otras designaciones fue llamada “mulata”. La  política proteccionista hacia los indígenas conllevó el establecimiento de un sistema de “visitas” (inspecciones) y de multas a quienes contrataran indígenas, permitiendo a los funcionarios españoles y al Estado Colonial sacar una tajada de una colonia que, por otra parte, era pobre....  el mismo autor sostiene que esta política proteccionista fue incapaz de impedir que los indígenas se involucraran en la producción del añil, aunque un aspecto más importante fue que reforzó la aparición de una amplia población flotante de mulatos que estaba fuera de los controles establecidos por el Estado colonial para la población indígena. [14]

Otro aspecto que habría que rescatar y que de alguna medida influyó en nuestro aborigen es el hecho de que los invasores  de América desconocían las técnicas y métodos con los que los indígenas cultivaban la tierra. De manera que tuvo que pasar algún tiempo para conocer los procedimientos, para ello necesitó emplear la mano de obra indígena o como sostiene Antonio Fernández,[15] “cuando los colonizadores descubrieron las posibilidades que ofrecía el Xiquilite en Escuintla, Nicaragua y El Salvador, no tenían un conocimiento previo de la tecnología usada para la producción de añil en el Viejo Mundo. Así, se apropiaron de la tecnología indígena, basada en el corte de xiquilite silvestre y el procesamiento de los arbustos en canoas (troncos de árboles ahuecados horizontalmente) y pilones (troncos de árboles ahuecados verticalmente). Pero siguiendo con la discusión en torno a los efectos que las reformas borbónicas tuvieron en los indígenas o las capas sociales más bajas veremos que lo que mas frecuente sucedió fue la marginación social, el menosprecio a su condición de conquistado pero además, el trabajo forzado se convirtió  en un proceso natural que si bien es cierto que en muchas ocasiones hubo resistencia lo cierto es que siempre terminó siendo aplastado por la bota del colonizador.
A este respecto se refiere Rodolfo Cardenal cuando señala que:

 “los indígenas fueron forzados a trabajar más, su número se redujo y su cultura se debilitó. Algunos de los indígenas del altiplano guatemalteco y chiapaneco fueron introducidos en la red comercial al producir alimentos y tejer telas para abastecer las otras actividades productivas. El aumento de la producción y de los impuestos permitió una presencia burocrática mayor por parte de la monarquía, fortaleciendo el  gobierno centralizado y la posición de los nuevos comerciantes españoles a expensas de los indígenas y de las antiguas familias guatemaltecas.[16]

Estamos entonces ante la presencia del despojamiento no sólo material de los indígenas sino que además, ante la destrucción espiritual y moral la cual lo llevaría sin lugar a dudas a someterse servilmente ante el opresor. Esta condición indiscutiblemente va repercutir con el transcurrir de los años, pues psicológicamente ese comportamiento se va transmitiendo de generación. Entonces hablar de los efectos que produjeron la conquista como las reformas fiscales borbónicas no significa sólo verlas en el plano material, es decir, económico sino interpretarlas en el marco de la estructura psíquica de los indígenas.
Según Rodolfo Cardenal[17], en 1724, la monarquía intentó estimular la extracción de plata. El quinto real fue rebajado al 10 por ciento y el precio del mercurio se redujo a la mitad durante diez años. Para remediar la escasez de trabajadores en Honduras, el presidente de la audiencia ordenó nuevas reducciones indígenas que trabajaban en las minas. Los criminales encarcelados fueron enviados a trabajar a las minas. En esta misma el autor continúa planteando que el lavado de oro en los ríos volvió a predominar. El crecimiento de la explotación minera  atrajo población, lo cual llevó a su vez a nuevos descubrimientos y a la explotación de depósitos minerales menos productivos. Entre 1729 y 1736, según registros, se extrajeron 462, 655 pesos de plata.
Por otra parte, Elizabeth Fonseca sostiene que: a mediados del siglo XVIII, los ingresos de la Real Hacienda en la Audiencia de Guatemala provenían, fundamentalmente de los indígenas. Significa que la mayor carga fiscal la padecían los estratos más bajos y por lo tanto eran los que generaban la riqueza pero los que menos la disfrutaban.
Siempre en esta misma dirección Xiomara Avendaño, menciona que:

 la amenaza inglesa en el Caribe desde el siglo XVII, se había establecido en Belice y en la costa  Caribeña de Honduras y Nicaragua. Esta situación obligó a que el reino aumentara los gastos militares. El financiamiento provino de los ingresos fiscales del Reino principalmente del monopolio del tabaco. Los situados financiaban las fortalezas de Granada y el Peten, los recursos se obtenían del impuesto del medio real que, desde el siglo XVII, pagaban los productores del trigo, de Guatemala, por el trabajo semanal de cada uno de los indígenas pertenecientes a 28 pueblos del valla de Guatemala. . . las reformas se tradujeron en ajustes de orden fiscal que afectaron a los indígenas y al clero en la Provincia de Guatemala, pero en el caso de Costa Rica incidieron en la población mestiza.[18]
Hay que destacar que el trabajo forzado fue un fenómeno que se dio en todas las colonias dominadas por la Real Corona, pues además, del tributo en especie, la Corona adopta otra tradición americana: la mita, que originalmente había consistido en el traslado de la fuerza de trabajo, por periodos determinados, desde las comunidades de origen a lugares donde debían desarrollarse obras de interés común, tales como caminos, acequias, canales de irrigación, etcétera.[19]
En consecuencia, lo que sobre sale en todo lo que se ha tratado de la conquista y las reformas borbónicas es la opresión, el avasallamiento de los indígenas y de los sectores desposeídos  que históricamente han tenido que soportar las arbitrariedades de las clases poderosas. Para concluir hay que hacer énfasis en que las injusticias y las desigualdades en la sociedad colonial se manifestaban en todos los aspectos de la economía. Actividades fundamentales como la minería, el comercio e industria eran controladas por los españoles.  Mientras los criollos y mestizos se ocupaban de la pequeña industria y de otras actividades secundarias. Por su parte los indios, mulatos y ladinos se encontraban al margen. Como es de suponer  el poder político lo controlaban los peninsulares.    

CONCLUSIONES.
1.      La principal finalidad de las reformas borbónicas fue la de “modernizar” el aparato administrativo de las colonias y mejorar con ello la recaudación de impuestos a costa del trabajo forzado y la explotación de los sectores indígenas y otros más de la escala social más baja.
2.      Las reformas borbónicas fueron para los indígenas además, de la explotación a que fueron sometidos un instrumento de control impidiendo con ello que los indígenas evadieran pagar sus tributos a la Corona Española.
3.      Los indígenas y los estratos sociales desposeídos fueron víctimas no sólo de la explotación sino que además, de la pérdida de su conciencia moral y espiritual y lo transformaron en objeto carente de valor. Situación que hoy se resiente aún pasados los años.
4.      Si bien es cierto que han transcurrido muchísimos años de la conquista y la colonización de América, pero seguimos cosechando frutos de la impunidad y los atropellos que otrora sufrieron nuestros aborígenes y que todavía hoy se siguen dando siempre por las clases que ostentan el poder económico y político de la sociedad. Que aquellas medidas impositivas e impopulares impuestas por la Corona Española y que afectaron a los más desposeídos hoy en día la historia se repite.
5.      La historia no es más que un círculo vicioso que se repite, nada más con nuevos autores pero que al fin y al cabo es la misma cosa. Sin embargo, hay que estudiarla para comprenderla y humanizarla.

     REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICA.
          LIBROS:
  1. Carlos Marx. El capital tomo I. Editorial Fondo de Cultura Económica. 768 páginas.
  2. Elizabeth Fonseca. Centroamérica: su historia. Editorial Flacso.  371 páginas.
  3. José Antonio Fernández. Pintando el mundo de azul.  Editorial concultura. 353 páginas.
  4. Rodolfo Ernesto Cardenal. Manual de Historia de Centroamérica. Editorial Uca. 431 paginas.
  5. Roberto Regalado. América Latina entre siglos. Dominación, crisis, lucha social y alternativas políticas de la izquierda. Editorial Ocean Sur. 278 páginas.
  6. Coordinación  Educativa y Cultural Centroamericana. Historia del istmo Centroamericano. Tomo I. Ministerios de Educación de El Salvador. 245 paginas.
  7. ministerio de Educación de El Salvador. Historia de El Salvador, 249 páginas.
  8. Marc Ferro. Cómo se cuenta la historia a los niños en el mundo entero. Editorial Fondo de Cultura Económica 505 paginas.
  9. Jesús María García Añovero. La fuerza de trabajo indígena Americano en las épocas prehispánicas y Virreinal.

SEPARATAS. 
1.      Xiomara Avendaño Rojas. Separata entregada en el Curso Superior de Historia impartido en la UES en el año 2006. Mercantilización, reformas borbónicas e ilustración en Centroamérica.
2.      http:// www.google.com.  Juan Carlos Caravaglia. La cuestión colonial.
3.      http: //redalyc.uaemex.mx. “Carmen Bohórquez. Resguardo  y Derechos Humanos. Revista de historia y Ciencias Sociales. Julio de 2002, vol. N° 2.




[1] Elizabeth Fonseca. Centroamérica: Su historia. P. 126
[2] Carlos Marx. El capital. Fondo de Cultura Económica. México. Tomo I. ps.640 – 641.
[3] Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana. Historia del istmo centroamericano. Tomo I. p. 227.
[4]  Fonseca op –cit.  Ps. 120 – 123.
[5] Xiomara Avendaño Rojas. Separata entregada en el Curso superior de historia en la UES 2006. Mercantilización, reformas e ilustración en Centroamérica. P. 9.
[6] Jesús María García Añoveros. La fuerza de trabajo del indígena Americano en las épocas prehispánica y Virreinal. Ps.89, 90, 91 y 92.
[7] Marc Ferro. Cómo se cuenta la historia a los niños en el mundo entero. P. 9.
[8] García Añoveros op cit. Pgs. 94y 95
[9] Roberto Regalado. América Latina entre Siglos. P. 103 – 104.
[10] Ibid. P. 106.
[11] http:www.google.com Juan Carlos Caravaglia. La cuestión colonial. P.16.
[12] Ibíd. P. 17.
[13] Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana. Op – cit. P. 148
[14] José Antonio Fernández. Pintando el mundo de azul. P. 73.
[15] Ibid. P. 74.
[16] Rodolfo Cardenal. Manual de Historia de Centroamérica. P. 158.
[17] Ibíd. P. 158
[18] Avendaño Rojas op cit. P. 15
[19] http://redalyc.uaemex.mx. Carmen L. Bohórquez. Resguardo y Derechos Humanos. Revista de de historia y Ciencias Sociales julio, 2002, vol. Número 2. p. .8.